Jugar a no perder no siempre sale bien. Entiendo
que deriva en el tipo de plantel que tiene armado el Globo, pero desde hace
varias jornadas, desde que está Apuzzo, Huracán no logra más que afianzar su
zona defensiva. Esta vez, a falta de cinco minutos, el rival aprovechó un
descuido tras un rebote, y se llevó la victoria.
Síntesis
Lunes 4 de noviembre de 2019
Superliga 2019 / 2020 – Fecha 12
Jugado en: EstadioTomás A. Ducó - Ciudad Autónoma
de Buenos Aires
Huracán 0 – 1 Lanús
Gol:
42 2T 0-1: Pedro de la Vega (L), de cabeza
anticipando a Silva en el primer palo, tras un centro de la derecha que rebotó
en Ibañez.
Árbitro: Nicolás Lamolina (bien)
Amonestados: Calello,
Ibáñez (H) / Auzqui, Muñoz (L)
Huracán: Antony Silva; Carlos Araujo, Saúl Salcedo, Lucas Merolla, César Ibáñez; Martín Ojeda, Mariano Bareiro,
Mauro Bogado, Norberto Briasco; Rodrigo Gómez; Lucas Barrios. DT: Néstor
Apuzzo.
Lanús: Agustín Rossi;
Luciano Abecasis, Ezequiel Muñoz, Lautaro Valenti, Nicolás Pasquini; Lucas
Vera, Facundo Quignon, Marcelino Moreno; Carlos Auzqui, José Sand, Alexander
Bernabei. DT: Luis Zubeldía.
Cambios: 25 1T Adrián
Calello por Bogado (H) / 22 2T Gonzalo Bettini por Briasco (H) / 26 2T Gastón
Lodico por Bernabei (L) / 32 2T Pedro de la Vega por Moreno (L) / 38 2T
Fernando Coniglio por Barrios (H) / 45 2T Tomás Belmonte por Vera (L).
Figura del partido: Lucas Merolla
El invicto se convirtió en calabaza
Huracán jugó a no perder y perdió, cortando abruptamente los
buenos registros del interinato de Apuzzo. El Globo apostó a defender el punto
sin maquillaje, y aunque casi lo logra terminó sin nada tras un grosero error
de Antony Silva a tres minutos del final. El equipo trabajo bien para
neutralizar a un muy buen rival, pero le faltó ambición ofensiva y en ningún
momento pisó el acelerador, aún con Barrios errando una opción increíble en la
etapa inicial.
Con un Pueblo Quemero todavía exultante por la victoria clásica
saltó Huracán al verde césped en la húmeda noche de Parque Patricios. Néstor
Apuzzo sorprendía con el ingreso de Martín Ojeda en lugar de Gonzalo Bettini,
quien debutaba como titular con nuestra camiseta tras haber jugado un puñado de
minutos en el inicio del semestre. Sin Garro y con Walter Pérez afuera del
banco el ex Racing aparecía como una interesante opción para ganar ofensiva en
la banda derecha.
Pero esto no ocurrió, Huracán tuvo la misma postura que en Liniers
aun jugando como local ante un rival de buen toque pero menos velocidad. Lanús,
que buscaba la punta, llegaba como un equipo a respetar sin embargo el Globo lo
hizo en exceso, con sus ofensivos siempre cerca del círculo central y sin
ninguna herramienta para generar juego más allá de los aislados intentos de
Gómez. Y le lesión de Bogado no ayudó, Calello lo reemplazo quitándole todavía
un poco más de circulación al mediocampo.
Y más allá de las diferencias, y los gustos personales,Huracán trabajó bien para
mantener el duelo parejo. La visita no pasó de un par de tiros de Sand que Silva desactivó
con confianza, mientras que en ataque y a los tumbos generó cierto riesgo con
tiros de Barrios y Merolla fuera de los tres postes. Pero en retrospectiva una
de las dos situaciones más claras de toda la noche fue nuestra, Rodrigo Gómez
recibió en vértice izquierdo del ataque y desde allí filtró la pelota para
Martín Ojeda; el ex Racing tuvo su mejor participación del duelo sacando el
centro desde la línea de fondo que Lucas Barrios no logró conectar a gol.
Insólita opción perdida por el delantero, con el arquero rival ya
vencido, Barrios no conectó el cabezazo sino que apenas rebotó la pelota sin
ninguna potencia para cederla al cuerpo de Rossi. Increíble situación perdida,
un error difícil de aceptar.
Ya en el complemento la paridad se mantuvo, incluso Huracán empezó
a manejar con más claridad la tensión del juego. El Globo, sin claridad, tuvo
algunos avances con empuje y parecía que todo estaba servido para apretar el
acelerador. Pero no, esto no ocurrió, Huracán nunca se hizo cargo de la localía
ni tampoco supo leercon ambición su momento de mayor aplomo en la noche.
Lanús no generaba riesgo, más allá de un tiro que Silva complicó
solo, y se perdía en un toqueteo intrascendente. Pero Apuzzo no encontró, o no
quiso encontrar, una respuesta ofensiva con lo que tenía a mano, y la prueba
fue el ingreso de Gonzalo Bettini por Norberto Briasco en veinte minutos. Bettini
había entrado contra San Lorenzo en posición de ocho, pero esta vez fue un
claro “4 bis”, clavado en campo rival y casi sin pisar la posición de wing.
Incluso fue Araujo quien llegó a fondo y tiró el centro en uno de los pocos
ataques numerosos que logró el equipo en el complemento.
Entonces parecía que la alternativa era refrescar a un Lucas
Barrios ya fundido, pero tampoco. Al igual que en Liniers Apuzzo decidió
demorar la sustitución lógica y Fernando Coniglio ingresó a siete minutos del
final.
Pero por fuera de las valoraciones personales el equipo estaba
cerca de consumar el cero a cero, aunque la gente ya pedía más desde las
tribunas. El Pueblo Quemero se dio cuenta que Huracán logró arriar a un rival
superior, y también que tenía todo para al menos intentar clavar el puñal, pero
la decisión fue no hacerlo; por costumbre, falta de herramientas o decisión.
Y un riesgo de especular es quedarse sin nada cuando tal vez no lo
merecías. A tres de los noventa Auzqui lanzó un centro desde la derecha que
tomó altura tras desviar en Ibáñez; la redonda llovió sin demasiada potencia en
puertas del área chica, Merolla soltó la marca de De la Vega y Antony Silva salió
pésimo, cuando el atacante rival ya había peinado con simpleza a gol.
Baldazo de agua helada. Es cierto que Merolla se desentiende de la
marca, pero lo hace (con razón o no) para darle lugar a la volada del arquero,
que fue completamente a destiempo. Una bronca gigante, aumentada por ver como
Bettini ganó dos córners en los últimos segundos, simplemente parándose cerca
del banderín derecho.
¿Cuál es el colmo de un equipo especulador? Que te lo ganen con un
desajuste en la última. Huracán tuvo su cachetazo, a tiempo o no, que termina tirando
para abajo el promedio del interinato Apuzzo: Ya no hay invicto, ya no hay cero
goles recibidos, ya no hay +50% de los puntos logrados.
Pero esto, lejos de terminar acá, sigue. Y sigue con otro duelo
complicadísimo, Racing en Avellaneda. Huracán debe mantener todo lo bueno que
construyó en defensa y trabajar para encontrar mejores complementos en ataque,
sobre todo a la hora de leer dónde pueden estar las asociaciones y saber queBarrios no está para noventa
minutos,
tal vez tampoco para 70, mucho menos si el juego es ponerlo a correr atrás de
la pelota.
Esta derrota duele, jode, desnuda falencias. Pero la mira no puede
desviarse de la necesidad de cerrar el año en la mitad superior de la tabla,
así de poco ambicioso.Y para sumar puntos hay que hacer goles, y para tener chances hay
que atacar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario