viernes, 10 de julio de 2015

Hay que prepararse para sufrir (otra vez…)

Debut y despedida. La defensa del título logrado hace menos de un año en la Copa Argentina se terminó demasiado rápido. Huracán cayó en Córdoba por los 32avos de final de la nueva versión ante Independiente Rivadavia de Mendoza, equipo que navega por la mitad de las posiciones de la categoría inferior. Para olvidar pronto. Para meditar y tomar resoluciones sensatas, de cara a un segundo semestre del año en el que, según lo visto, se deberá sufrir bastante.






Muy pocas ganas de escribir sobre este partido. Es que tampoco hay mucho que decir sobre este Huracán que se presentó a iniciar la Copa Argentina ante la “lepra” mendocina. Se podrá poner en la balanza la inactividad del equipo de Apuzzo, contra la plena marcha que traían los rivales, pero suena a excusa barata. Sin refuerzos y sin esfuerzo, al Globo se le escurrió de las manos un juego que con muy poco podría haber sacado adelante. Tan es así, que contó con opciones, que si bien fueron pocas, fueron más que las del rival, que en un avance a quince minutos del final, la embocó, y por primera vez tras cuatro ediciones de la Copa, al menos pasa de la primera ronda…. Ese es el “efecto Huracán”, el que levanta cualquier muerto, el que ayuda a terminar con cualquier racha negativa a los equipos más atormentados…


Para al menos dejar plasmado este partido y para que se entienda bastante más lo que pasó, dejo la crónica de Nicolás Ziccardi para Soy Quemero, que lo cuenta mejor que lo que podría contar yo….



El campeón está desnudo
Copa Argentina 2015, 32vos de final - Huracán 0 vs. Independiente Rivadavia 1 - 

Huracán perdió en Córdoba el primer partido del semestre y quedó eliminado en su debut por Copa Argentina, siendo Campeón vigente. Independiente Rivadavia, duodécimo en el Nacional B, se lo llevó por la mínima ante un Globo que parece irrecuperable desde lo táctico. Niveles bajos, puestos que no se cubren ni refuerzan y una alarmante pasividad por parte de todas las patas del club conforman un combo que llena al hincha de preocupación.


“No tiene por qué ser verdad lo que todo el mundo piensa que es verdad” gracias por las Copas, pero esta forma de jugar (o la misma ausencia de una forma de jugar) nos está llevando a una degradación lenta y cada vez más notoria. Néstor Apuzzo juntó a Montenegro y Toranzo, cuando el plantel no está preparado para jugar con dos tipos de características parecidas y sin la velocidad ni marca necesaria para cubrir los clarísimos huecos que aparecen, aparecieron y aparecerán. Tan seguro está el DT de ponerlos en cancha, que aceptó correr el riesgo de sacar a la figura Cristian Espinoza de su hábitat natural para mandarlo a jugar por izquierda y así disimular los tremendos baches que quedan en ese sector de la cancha.

El discretísimo Independiente Rivadavia logró crear riesgo sobre la posición de un Arano visiblemente bien desde lo físico, pero muy lejos de su nivel en lo estrictamente deportivo. Para colmo Chiche, que trajo polémica con su alta médica, tiene la responsabilidad de cubrir toda la banda izquierda. Por el otro lado Echeverría se las rebusca para oficiar de marcador de punta, puesto que deja de sentir al acercarse al mediocampo, mientras que Martín Nervo se encuentra muy lejos de ese jugador que nos conquistó a varios en el momento de ser incorporado.

Vismara pone y es “un león”, pero ve muchas jugadas desde atrás y este irregular Villarruel no termina de ser un complemento que ofrezca el mediocampo sólido que alguna vez supieron formar. Toranzo tuvo muy buenas apariciones en el primer tiempo pero mientras siga andando en modo piloto no va a pesar, mientras queMontenegro flota sin puesto fijo ni función determinada.

Ábila choca y protesta, pero en la noche de Alta Córdoba falló en los momentos donde normalmente no falla.Cristian está volviendo tras el mundial sub-20 pero increíblemente se lo sacó de su zona de confort para mandarlo a jugar muchos (demasiados) minutos con el perfil cambiado.

Si se analiza poco el partido es por el pobre producto final que ofrecieron ambos equipos. Huracán no mereció perder pero terminó haciéndolo ya que lo que no supo controlar pesó mucho más que lo que sí pudo plasmar. Y todos los logros son consecuencia de pequeños momentos de inspiración, nadie duda en la buena técnica de varios jugadores, el problema pasa cuando esto no puede amalgamarse en regularidad a lo largo de los noventa minutos. El plantel está en deuda y también hay una responsabilidad de un entrenador que no logra sacarle brillo a los talentos que hay.

En esas pequeñas sociedades aparecieron las situaciones, como cuando Toranzo habilitó el ingreso al área de un Montenegro que espero el momento para que Espinoza, con perfil cambiado, defina pésimo dentro del área. Por izquierda vino la primera de Independiente, una zancada solitaria y sin marca de Pereyra que Villarreal definió mal en el otro palo, dentro del área chica, y ante la atenta mirada de todo el fondo Quemero. La última de la primera mitad fue también la mejor, Espinoza sacó un gran centro de zurda y Ramón Ábila pifió una situación increíble, en la puerta del área chica sin marca, pinchando una nube en la noche de su provincia natal.

El pésimo estado del campo de juego influyó pero no fue excusa, el ingreso de Torassa por Patricio Toranzo intentó aportar un equilibrio que el equipo jamás logró conseguir. Enseguida Independiente Rivadavia conseguiría el gol, luego que el propio Torassa pierda la pelota en campo propio. Méndez recibe la pared ante la mirada de Domínguez. Arano recibe el caño del volante mendocino quien se mete al área sin problema y juega un centro al ras que pasa Vismara, Nervo, y encuentra la panza, si la panza, de un Pereyra apenas marcado por Echeverría. Marcos nada hizo y la Lepra se ponía en ventaja a diecisiete del final.

En el cierre Huracán empujó y tuvo las más claras, en coordinación con el ingreso y la participación “pivotera” de Agustín Gil Clarotti. Primero el lungo se la bajó a Montenegro, que pateó de forma horripilante dentro del área y a continuación lo hizo con un Ábila que no llegó a estirar la pata mano a mano con Servio. Wanchope también tuvo otra muy importante, cuando tras nuevo rebote de Clarotti amagó a su marcador muy bien y definió muy mal por encima del travesaño. Final y eliminación.

Pasan los partidos, pasan las derrotas y la autocrítica no aparece. Ningún Quemero puede dormir cuando pierde Huracán, eso no es autocrítica.

Admitir errores es intentar corregirlos en la cancha, pero Huracán insiste con modos y esquemas que lo tienen 28 en la tabla de promedios de un torneo de 30 equipos. Reforzar es una obligación con la que el socio ya siente un espíritu de resignación. El equipo no incorpora, se desarma. Jugadores, cuerpo técnico, no nos interesa que demuestren su amor por el Globo cuando este gana y es campeón. Nos interesa que pongan la cara, la actitud y la lógica cuando este está con la soga al cuello. Y ese momento es ahora.




Síntesis

Huracán 0 – 1 Independiente Rivadavia (Mendoza)

Jugado en Instituto (Córdoba)

Huracán: Marcos Díaz; Santiago Echeverría, Martín Nervo, Eduardo Domínguez, Carlos Arano; Lucas Villarruel, Federico Vismara; Patricio Toranzo, Daniel Montenegro; Cristian Espinoza, Ramón Ábila. DT: Néstor Apuzzo.

Independiente Rivadavia (Mendoza): Gaspar Servio; Cristian Podestá, Ariel Agüero, Javier Silva, Lucas Parisi; Franco Dolci, Freddy Coronel, Carlos Rearte, Matías Villarreal; Juan Pablo Pereyra, Diego Nadaya. DT: Pablo Quinteros.


Cambios: 18 2T Mauro Cerutti por Rearte (IR) / 21 2T José Méndez por Nadaya (IR) / 23 2T Agustín Torassa por Toranzo (H) / 31 2T Daniel Imperiale por Pereyra (IR) / 32 2T Agustín Gil Clarotti por Villarruel (H).


Gol: 27 2T Juan Pablo Pereyra (IR)


Árbitro: Héctor Paletta (bien)

Amonestados: Vismara, Toranzo (H) / Nadaya, Podestá (IR)


Figura del partido: Juan Pablo Pereyra (IR)

Figura de Huracán: Federico Vismara

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