Quien
se quema con leche, ve una vaca y llora. Con la premisa de solo esperar que
Huracán sume y sin ganas de alojar en mi ninguna esperanza de ascenso, viví el
triunfo ante Atlético Tucumán. Pero esto es Huracán, y a medida que se concreta
(despacio pero sucede) esa primera premisa de sumar, los rivales siguen
desperdiciando puntos, y el quemero común se ilusiona. Yo voy a tratar de
seguir por el mismo camino, prefiero pedirle a mi Globo querido que siga
sumando y que se fije en si mismo y no en los demás.
Buena
victoria ante un equipo tucumano, que si bien no pasa un buen momento en el
torneo, tiene una serie de buenos jugadores, y siempre genera peligro donde
juegue.
Desde
el pitazo inicial, Huracán intentó tomar la iniciativa, pero Atlético le
respondía con dura batalla en la mitad de la cancha. Allí con el transcurso del
juego, se hizo visible el buen partido de Ezequiel Gallegos, que fue incansable
a la hora de marcar, robar balones, y mostrarse siempre como descarga en el circuito
de juego que pretendía desarrollar el equipo de Kudelka. No obstante esto, la
primera gran chance del partido fue para la visita, cuando entre Marcos Díaz y
Capurro se desentienden con un pase hacia atrás, y la pelota dentro del área,
con arco vacío, pero en posición sesgada, queda en los pies de Luis “Pulga”
Rodríguez, que no puede completar en gol, el obsequio que había recibido. Se
salva de milagro el Globo, y eso pareció encender una alarma, para que se
empiecen a generar las jugadas.
Una
volea errática de Toranzo tras buena maniobra de Ábila, y una definición por
poco desacertada del mismo Ábila, tras buena jugada de Toranzo, equiparaban las
acciones y dejaban la impresión de un Huracán que llegaba con ganas en el
ataque. Pero el partido seguía parejo, cuando poco después de la media hora de
juego (32 exactamente), Espinoza quita en tres cuartos, trata de eludir un
rival, que despeja; la bola cae en Mandarino, quien da a Capurro corto y este a
Espinoza, quien ya esperaba nuevamente pase bien dispuesto sobre la banda
derecha. Cristian en velocidad le gana al lateral Sbuttoni, y manda un centro a
media altura, que parecía de fácil resolución para Luchetti. Pero
inexplicablemente, el experimentado arquero, da un rebote simple, que le deja
servido el gol a Ramón Ábila, que se choca con el regalito, y lo transforma
simplemente en la ventaja para un Huracán que iba en levantada.
El
gol sorprendió al visitante, que no supo reaccionar, y el resto de la etapa fue
controlada por un Globo, que de forma tranquila, hasta tuvo una opción que
Gonzalo Martínez tiró al cuerno, desde buena posición. Final con ventaja, que
lucía como acertada.
En
el segundo tiempo, la buena actuación del equipo se asentó. Sin ser una
maravilla mantuvo cierto control ante los embates del visitante que se iba
hacia arriba con poca claridad pero con insistencia. En esa lucha, ya habíamos
destacado el trabajo de Gallegos, bien escoltado por Mandarino y una defensa
que en general no cometió las distracciones de partidos anteriores que costaron
valiosos puntos. En ese ínterin, Ábila no llega por muy poco a un centro de
Gallegos y malograba el segundo. Lo mejor de Atlético, surgió de una mala
salida en un centro de Marcos Díaz, que derivó en un cabezazo del defensor
Bianchi, que Mancinelli despeja cerca de la línea de gol. Solo por ese empuje
el visitante crecía, pero no lograba hilvanar mayor peligro. Así el tiempo
pasó, hasta que a dos minutos del tiempo reglamentario, Huracán logra liquidar
las acciones.
Mandarino
sobre su banda y en terreno propio, roba la pelota y le cede a Espinoza para
que corra velozmente con balón dominado, pase a campo rival dejando atrás su
marca ocasional, y entregue en diagonal hacia el medio, un pase al vacío, para
el pique en soledad del recientemente ingresado Leandro Caruso. El ex Arsenal,
enfrenta al borde del área a Luchetti, lo esquiva pasando sobre su derecha, y
con ángulo cerrado, toca de pierna derecha al gol, antes que llegue el cierre
desesperado de dos zagueros tucumanos. Dos a cero, y asunto cocinado. Ya no le
quedaba cuerda al rival para intentar nada, y Huracán dejó pasar los minutos,
disfrutando de una victoria asegurada.
En
definitiva, buen partido en líneas generales, encontrando equilibrio entre la
presión del medio campo y la zaga defensiva, que no pasó sobresaltos; y con un
buen ejercicio de dominio de balón, con algunas llegadas importantes. Méritos
de Ábila en estar siempre bien atento y ser frío en la definición; de Espinoza,
por su enjundia y esfuerzo físico, sumada a la generosidad a la hora de aportar
al juego; de Mandarino, en subsanar errores importantes de partidos anteriores
y ser baluarte defensivo; y de Gallegos, que aprovechó su primer titularidad
tras su regreso del exterior, para ser el mejor de un equipo que fue
equilibrado y logró sortear un rival difícil para enlazar tres victorias como
local satisfactorias.
Síntesis
Huracán 2 – 0 Atlético
Tucumán
Huracán: Marcos Díaz; Germán Mandarino,
Federico Mancinelli, Eduardo Domínguez y Carlos Arano; Ezequiel Gallegos,
Alejando Capurro, Patricio Toranzo y Gonzalo Martinez; Cristian Espinoza y
Ramón Abila. DT: Frank Kudelka.
Atlético Tucumán: Cristian Luchetti; Nicolás Romat,
Bruno Bianchi, Javier Malagueño y Franco Sbuttoni; Diego Barrado, David Valdez,
Cesar Montiglio y Gonzalo Bazán; Luis Rodríguez y Diego Jara. DT: Héctor
Rivoira
Cambios: 0 2T Alfredo Carrizo por Montiglio
(AT) / 18 2T Gonzalo Ontivero por Jara (AT) / 19 2T Alejandro Romero Gamarra
por Martínez (H) / 33 2T Guillermo Acosta por Barrado (AT) / 35 2T Lucas Fernández
por Gallegos (H) / 41 2T Leandro Caruso por Abila (H).
Goles: 32 1T Ábila (H) define casi
chocando con la pelota en el medio del área, tras grave error de Luchetti al
responder en un centro de Espinoza / 43 2T Caruso (H) define en soledad,
eludiendo al arquero con gambeta larga y toque al gol con derecha cruzado, tras
buena habilitación de Espinoza.
Árbitro: Mariano González (discreto)
Amonestados: Barrado, Romat, Sbuttoni (AT)
Expulsados: 26 2T Kudelka DT (H) / 49 2T Romat (AT)
Figura del partido: Ezequiel Gallegos
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