Son muchas las veces en que me pongo a pensar, cual es
el designio divino, que tan mal trata a Huracán. ¿Será real que una manada de
gliptodontes, millones de años atrás, orinó en demasía sobre los actuales
terrenos que ocupa el Ducó? Yo a esta altura, reniego de las cuestiones
futbolísticas para explicar porque no venció el Globo a los mendocinos. Por
supuesto que explicaciones hay, porque, por ejemplo, en los minutos finales no
se supo pinchar las acciones y dejar que el tiempo pase de otra manera que no
sea con la presión de un rival, que si bien lo había buscado, no había sido muy
incisivo.
No he visto el partido en su totalidad para poder
expresar el comentario completo, por eso voy a transcribir, como lo hago cuando
así pasa, a mis amigos de Soy Quemero y Revolución Quemera. Pero me quedo con
tres o cuatro ideas:
1)
El estado físico de los
jugadores de Huracán, dista de ser bueno, en relación a los del resto de los
equipos. Esa cuestión juega en contra, sobretodo en los minutos finales de cada
partido.
2)
Huracán es uno cuando ataca
y otro cuando defiende. Se hizo ostensible sobre el final del primer tiempo. Es
un equipo partido, al que desbordan fácilmente, pero que empieza a encontrar
juego asociado, el que le faltó en las primeras catorce fechas.
3) Esa idea de juego
asociado, nació sobretodo a partir de lo hecho por Villafañez y Defederico, ambos de
buen partido, pero rendidos físicamente.
4)
Arraya querido (?), no te
podés perder ese gol.....
Este el comentario de Nicolás Ziccardi de Soy Quemero:
Con Flecha de vencimiento
Huracán jugó mal y arrancó en desventaja, sin embargo
una ráfaga de goles le permitió dar vuelta el resultado en apenas tres minutos.
En el complemento el equipo cedió el protagonismo e Independiente Rivadavia de
Mendoza consiguió el empate a segundos del minuto 49, con un bombazo al ángulo.
Para colmo Juan Arraya erró de forma increíble una situación de gol inmejorable
en la última bola de una tarde en donde el Globo volvió a perder puntos en el
Ducó. ¿Qué hacemos de acá a Julio? La ilusión, por el piso.
Poca expectativa para ver al Globo en cancha, tras una
pálida actuación con derrota en Tucumán y en un día y horario que dejó a
muchísima gente sin posibilidad de acompañar al equipo. Frank Kudelka realizaba
modificaciones en su debut como entrenador Quemero en el Palacio, retornando
Mandarino al primer equipo en lugar del lesionado Mancinelli y Cuesta volviendo
al mediocampo dejando en el banco a Villarruel. Lucas Villafañez salía del
freezer para reemplazar a Gonzalo Martínez como armador, y el comodorense
tendría la primera situación de gol a favor, con varios minutos ya jugados,
mediante un potente derechazo de media distancia que se fue apenas desviado.
Huracán lograba agarrar la pelota y hacerla circular
por el medio, sin embargo nuevamente se nublaba cuando debía cambiar de ritmo
en tres cuartos de cancha y abastecer al único punta, Arraya, que poco hacía
para meterse en la sintonía ofensiva del equipo. Milano trasladaba la pelota
del medio a las inmediaciones del área, pero sus esporádicas apariciones no
terminaban de ser importantes. Llegando a la media hora de juego comenzarían
las situaciones de gol, en el marco de un partido con un nivel de juego
bastante pobre. Matías Defederico la toma en el medio campo, traslada y toca
para Villafañez. Este devuelve la pared con un buen taco y Defederico ejecuta
un remate en la medialuna que se desvía por poco. Pese a acercarse era
Independiente de Mendoza quien comenzaba a controlar la pelota y lanzarla cerca
del arco de Monzón, incluso quedando al borde del gol con un centro de
Fernández que González Vega no logra meter solo y sin arquero. La visita volvió
a tenerlo con G. Vega, que recibe un centro cruzado y tras un mal cierre de
Ferrero queda solo dentro del área malogrando su remate.
Independiente se perdía, con poco, situaciones muy
claras. Sin embargo y en el minuto 38 Diego Tonetto toma la pelota por
izquierda y la pasa para Pérez. Este duerme a Cuesta jugando la pared de
primera para que el propio Tonetto gane la espalda ante una lenta respuesta de
Mandarino, se meta en el área con facilidad y pase, casi sin tocar el balón, el
aparatoso e ineficiente cierre de un Alexis Ferrero que volvió a fallar.
Tonetto sigue solo y juega al medio para Javier Rossi, el “Bicho” la mete sin
Monzón a la vista y con Domínguez haciéndole sombra. Ganaba la visita.
El terror volvía a inundar cada rincón del Palacio
pero Huracán tendría de inmediato una respuesta casi inesperada. Cuatro minutos
después de la desventaja Villafañez, pegado a la raya izquierda, habilita de
derecha un buen pique al espacio vació de Alejandro Capurro. El volante se mete
al área y toca con sutileza la pelota de zurda, ante una floja salida de Ayala,
para encontrar el oportuno ingreso de Juan Arraya, quien sin arquero empuja de
palomita a la soledad de la red y anota el empate parcial.
La euforia por el empate contagió al equipo, que se
pondría en ventaja 180 segundos después. Matías Defederico toma el balón
en tres cuartos, la zona donde marca diferencia, traslada entre rivales y toca,
con túnel incluido, para encontrar en el vértice izquierdo del área a Lucas
Villafañez. El volante limpia con un enganche a su marca y define de derecha al
primer palo para marcar el dos a uno. Huracán daba vuelta el resultado en
cuestión de minutos y se iba al descanso con una sorprendente ventaja.
Pero la facilidad que mostró el equipo para cambiar el
rumbo del partido se terminaba con el primer tiempo, y ya en la segunda
mitad el equipo comenzó a retrasar sus líneas y regalarle espacios a
Independiente Rivadavia. El conjunto visitante no tuvo grandes jugadas de
gol, no pegó pelotas en los postes ni tampoco hizo revolcar a Monzón,
simplemente aprovechó el terreno cedido y se dedicó a lanzar balones lo más
cerca posible del uno Quemero. Con la salida de Villafañez, tras el primer
cuarto, el equipo perdió la poca tenencia que tenía y comenzó a jugar de
contragolpe. Muchos avances tuvo el equipo, uno desaprovechado por Mauro
Milano, otro que finalizó con un remate de Defederico que se fue realmente
cerca del palo y el tercero una jugada increíblemente despilfarrada por Arraya.
El ingresado Gonzalo Martínez toma el balón en el centro del campo y se mete a
pura velocidad en el área, engancha para su zurda y ejecuta un centro/tiro que
Juan Arraya no logra conectar en el palo contrario, pese a tirarse con toda su
humanidad erra de manera incomprensible el balón, pero eso todavía no era nada…
Independiente siguió fiel a su librito y se acercaba
al arco de la tribuna Bonavena cada vez con más constancia. Sin peligro, pero
con una regularidad que hacía parecer de Huracán el equipo visitante. El Globo
ya no la tenía, mantuvo cuatro atacantes natos en el terreno (Milano, Arraya,
Martínez y Defederico/Romero Gamarra) pero casi no tenía la pelota en terreno
rival. Ya no generaba situaciones de gol y la defensa despejaba el peligro con
bochazos rápidos y sin destino. Ya sobre el final del partido Independiente
Rivadavia seguía cascoteando con balones altos y Gastón Monzón se lucía haciéndose
grande en su área, sin grandes atajadas más sí con seguridad para descolgar.
Los eternos cuatro minutos que adicionó Pablo Díaz llegaban a su ocaso y el
local tenía un córner a favor (Tras tirar una pared en el área grande, ante
toda la defensa del Globo) que finalizaría con un lateral ofensivo. Poco se
hizo para evitar que Tonetto lanzara el centro tras el saque de manos, mucho
menos hicieron los seis jugadores de campo que estaban dentro del área para
impedir que dos jugadores rivales (uno de ellos, Josué Ayala) se metieran hasta
el área chica para forzar una floja pero exigida respuesta de Monzón, que deja
el balón muerto en el área. Arano se lanza al piso pero nada puede hacer para
evitar que Parisi deje pasar la pelota y Rodrigo Gutiérrez ejecute, sin
molestia alguna, un disparo espectacular para clavar la pelota en el ángulo
derecho y decretar el empate final.
La parda con gusto a derrota estuvo a punto de no ser,
ya que Díaz se apiadó y dejó al Globo una jugada más. Gonzalo Martínez juega un
preciso pelotazo para la solitaria aparición de Mauro Milano, quien dentro del
área baja de cabeza el balón y se lo deja servido en bandeja de plata al aún
más libre Juan José Arraya. Pero vaya a saber alguien lo que le pasó al Jujeño,
que puso la pierna con tantas dudas que ni siquiera rozó el balón. No había
arquero ni defensores, eran Arraya el balón y la línea de gol. El
centrodelantero se nubló y el ya increíble resultado final fue inamovible.
Los análisis sobran en partidos como este. Pasó de todo en los últimos dos minutos, pero antes
hubo otros noventa y tres en los que Huracán hizo muy poco mérito para quedarse
con los tres puntos. Una ráfaga individual sobre el cierre del primer tiempo
nos ilusionó, pero un pobrísimo segundo tiempo nos devolvió de un hondazo a la
triste y cruda realidad. Se vienen dos escollos complicadísimos de visitante.
Kudelka debe demostrar su muñeca como entrenador para lograr que este plantel
pésimamente diagramado pueda salir airoso de Pergamino y Banfield. ¿Hay tiempo
para revertir este presente? Los números marcan que sí, la realidad del equipo
nos hace desear con apuro que ya sea junio del 2014
Y aquí Juan Peñalba para Revolución Quemera:
Esto es Huracán
ilencio. Silencio total. Algunos se agarraban la
cabeza. Otros golpeaban el cemento.
Algunos insultaban al aire y otros se reían de los nervios. Era un
silencio que hablaba mucho. Y que dejó de serlo cuando festejaban en el banco
rival. Huracán empató pero volvió a perder Huracán sigue perdiendo.
Terminado el partido, Marcial Leo y yo volvíamos en el
auto. Hasta el minuto 48 con 30 segundos, destacábamos el buen primer tiempo
con la intención de jugar en campo rival, rotaciones constantes de los
delanteros y volantes ofensivos y la buena reacción que tuvo el equipo: dio
vuelta el resultado en 5 minutos con buenas jugadas colectivas. También
hablamos de los errores, claro, como el de Arano en lamentarse previamente en
el ataque que terminó en festejo de la Lepra tras un cierre pésimo de Ferrero y
mala cobertura defensiva. Pese a eso, el equipo se fue con aplausos los
primeros 45 minutos.
En el complemento había dos caminos: buscar el tercero
o aferrarse a la victoria mínima. Se decidieron por el segundo carril. Huracán
defendió cerca de Monzón, sólo tuvo un contragolpe y lo sufrió al final. Por
eso, el análisis hasta los 48 con 30 segundos sirve de poco. Porque la parda de
ellos nos debilitó una vez más. Porque poco interesa saber que Milano hizo a
amonestar a muchos rivales, que Cuesta rindió bien como volante central y que
cuando Defederico se halló en el terreno, el Globo fue punzante en el ataque.
Lo positivo se esfumó y le dio paso a lo negativo. De las buenas
actuaciones, nos quedamos con la malo por ese gol que llegó al minuto 48
con 58 segundos: ¿ningún jugador no pudo llevarse la pelota a 100 metros de
nuestro arquero? ¿Por qué no pueden despejar más lejos nuestros defensores?
¿Por qué Villarruel no se preocupa por tener la pelota y no por quejarse? ¿Es
mala suerte o negligencia?
Encima, luego del empate, Arraya, nuestro Villegas
versión 2013, tuvo el triunfo en su pie, abajo del arco y con el partido a nada
de finalizar. La Flecha falló y erró un gol de esos que aparecen en los
primeros puestos de las burradas de esos programas de fin de año.
Improvisar con jugadores en puestos FUNDAMENTALES es
dar mucha ventaja. La CD y Mohamed olvidaron cerrar contratos en posiciones
vitales para el andamiaje de cualquier equipo que se cree profesional. Kudelka
tiene que seguir trabajando con la pelota y refrescar conceptos tácticos a
varios de sus dirigidos. Otra vez vamos a mirar más la tabla de abajo que la de
arriba. Huracán ya no sorprende. Huracán nos acostumbra. Y eso es peor...
Síntesis
Huracán 2 – 2 Independiente
Rivadavia (Mendoza)
Huracán: Gastón Monzón; Germán
Mandarino, Alexis Ferrero, Eduardo Domínguez, Carlos Arano; Alejandro Capurro,
Víctor Cuesta; Matías Defederico, Lucas Villafañez, Mauro Milano; y Juan
Arraya. DT: Frank Kudelka.
Independiente Rivadavia (Mendoza): Josué Ayala; Walter García, Ariel Agüero, Leandro
Caballero, Lucas Parisi; Abel Peralta, Emiliano Fernández, Diego Tonetto,
Ezequiel Pérez; Diego González Vega y Javier Rossi. DT: Roberto Trotta.
Goles: 38 1T Javier Rossi (IR) toca al gol en el área chica,
tras centro atrás de Tonetto, en buena jugada individual / 42 1T Juan Arraya
(H) de cabeza al arco vacío, tras toque de Capurro ante la mala salida de Ayala
/ 45 1T Lucas Villafañez (H) define de buena manera en el área con un enganche,
tras excelente pase de Defederico / 49 2T Rodrigo Gutiérrez (IR) con remate
alto y fuerte dentro del área, tras rebote de Monzón y mal despeje de Arano.
Árbitro: Pablo Díaz (bien)
Cambios: 13 2T Martín Gómez por Pérez (IR) / 15 2T Gonzalo
Martínez por Villafañez (H) / 24 2T Héctor Cardozo por Parisi (IR) / 32 2T
Lucas Villarruel por Defederico (H) / 36 2T Rodrigo Gutiérrez por Peralta (IR)
/ 38 Alejandro Romero Gamarra por Capurro (H).
Amonestados: Milano, Villarruel (H) / Peralta, Pérez, Parisi,
Caballero (IR)
Figura del partido: Matías Defederico
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