sábado, 5 de octubre de 2013

El tobogán de Huracán no tiene final

Los quemeros sabemos que Huracán no tiene piso. Que los últimos 40 años, son un tobogán hacia donde no sabemos aún. Quinta derrota consecutiva, esta vez, ante un equipo humilde y recién ascendido, que además jugaba con diez. Una derrota que significó el final del tercer mandato de Antonio Mohamed al frente de Huracán.

Quiso el designio de la vida que solo pueda ver unos cuantos minutos del juego ante Brown de Adrogué. Esos minutos me bastaron para ver un conjunto sin alma. Sin ningún punto a favor y hasta sin ganas.

Voy a dejar plasmado en mi blog, el modo de ver el partido, y el momento, de mis amigos, Nicolás Ziccardi de Soy Quemero y Juan Peñalba de Revolución Quemera cada uno a su manera, interpretando de manera genial, este juego y su después.

El comentario de Juan Peñalba para Revolución Quemera:


Recuerdo en junio. No hace mucho.  El mismo Mohamed, en plena semifinal de la Copa Libertadores, anunciaba que se iba del Tijuana para volver a su país. En ese entonces, los dirigentes decidían no renovarle el contrato a Llop que había tenido buenos números pero su relación con la barra no era la mejor y tampoco había cumplido con el requisito de pelear el campeonato.

Recuerdo que hubo una presentación muy linda en la Sede ante 1000 personas. Huracán figuraba en los medios porque su entrenador estaba en un momento genial. El 90% estábamos felices por la llegada del Turco.

Se fue armando el equipo y de esa tarea de encargó Mohamed. Quizá allí estuvo el primer gran error: los dirigentes le dieron el camino libre a un tipo que sabe mucho pero que no tenía límites. Llegaron dos arqueros y ningún 8, por ejemplo.

Pensábamos, en voz baja, que los nombres no eran rutilantes, pero confiábamos en el armado de un equipo. De un grupo. Pretemporada en Santa Fe y prioridad a muchos juveniles. Supuestamente se iba a cuidar una economía no renovando contratos caros pero trayendo a Caruso porque no quedaba otra.

En los primeros partidos, Huracán no mereció perder en ninguno. Pero había sonreído solamente en dos. Luego tuvo su punto más alto con una victoria ante Ferro y todo se desmoronó cuando caímos ante Independiente. Injustamente, es verídico,  pero el Globo había sido bondadoso con el rival una vez más.
Después de la caída ante el Rojo, nunca más se recuperó el plantel. Probó de todo. Y esas modificaciones no cambiaron nada. Sólo se logró más confusión.

Finalmente, el golpe definitivo lo dio Brown de Adrogué. El humilde equipo de Vicó que aniquiló a Independiente y luego a Huracán. No soportó otra derrota y Mohamed se fue.

En su momento, nos criticaron porque opinamos que el entrenador NO ERA EL ÚNICO HÉROE en este lío llamado Huracán. Nos molestó, en su momento, la humildad que se había perdido. Un día, en medio de una conferencia, Mohamed sonrió e hizo una chicana con San Lorenzo y Boedo. Analicen la situación, ACTUAL, de cada institución. Ni pena damos.

Huracán tiene que cambiar TODO. Tienen que llegar una nueva generación. Gente capaz que sepa manejar un club. Dejarse de joder con sueldos altos. Formar una identidad, un estilo. No quedarse en Patricios, en el tango. En junio, la imaginación de muchos era con Huracán en Primera. Recién van 10 fechas y ya se nos fue el qué creíamos que tenía la solución mágica. ¿A quién carajo quieren los jugadores? Guardiola está en Alemania y Mou en el Chelsea. El Chapulín Colorado está viejo y con problemas de salud.

Cuando más enfermo está, más hay que quererlo y acompañarlo. Los únicos héroes somos nosotros. Los que estuvimos siempre. Dando lo que podemos y sin pedirle nada. Es hora de pedir. De pedir seriedad y compromiso. Unirnos y tirar a la miérda los egos estúpidos que nos están destruyendo. Huracán no tiene piso.


El comentario de Nicolás Ziccardi de Soy Quemero:

Huracán perdió su quinto partido al hilo tras caer como local frente al ascendido Brown de Adrogué. El Globo también perdió algo impensado, ya que Antonio Mohamed presentó la renuncia tras finalizar el cotejo. La historia de amor y reencuentro finalizó con Huracán desangrado, atravesando el peor momento desde el último descenso y con un equipo que no da ningún tipo de respuestas.

Toda la ilusión que generó el regreso de Antonio Mohamed se termina yendo por un barranco en apenas un cuarto de campeonato. Con siete derrotas en diez juegos, las cinco últimas consecutivas y tan solo anotando un gol, el Turco deja con su partida a un plantel que generó dudas desde el primer día. Jugadores en nivel muy bajo, reiteradas bajas por expulsiones, lesiones y una cosecha inicial que parece ahuyentar toda posibilidad de pelear por quedarse con alguno de los puestos de ascenso. Está claro, como se encargan de detallar casi siempre, que las limitaciones de Huracán para armar equipos son muchas, pero el Turco sabía muy bien donde se metía. Armó un plantel a su gusto pero lamentablemente jamás le encontró la vuelta, tampoco la buscó demasiado.

El detonante fue la derrota de ayer ante el modesto pero ordenado Brown de Adrogué. Huracán jugó un primer tiempo pésimo, en donde la inclusión de Nahuel Oviedo denotaba cierta desesperación por parte del entrenador, buscando respuestas en un chico que no estaba ni siquiera en los planes iniciales. Caso similar pasó con Bustos, que no ingresó ni un minuto tras ser de lo mejorcito en Patronato. Quien lo que sí volvió a estar presente fue el desgano de un equipo al que le volvió a costar horrores generar una jugada de gol, el doble nueve moría en las espaldas de la defensa visitante y tanto Martínez como Velázquez empezaron a doblegar las bandas recién pasados 25 minutos de juego, pero con resultados nulos. Los minutos pasaban y el primer tiempo se consumía. Huracán no generó una sola situación de gol clara en toda la primera mitad, ninguna jugada elaborada, ni una que se vaya cerquita. El Globo era nuevamente un equipo sin alma y se iba al vestuario sin tener idea sobre como doblegar a Brown de Adrogué, que también hizo muy poco para conseguir un gol.

El complemento arrancó con un cambio que ayudó a sentenciar el resultado final. El ingreso de Germán Mandarino (marcador de punta devenido en lateral) en lugar del lesionado Capurro no solo le quitó juego y marca al mediocampo, imposibilitó el desarme del doble cinco en caso de querer buscar un cambio ofensivo y también dio señales de respeto a un rival muy humilde.

Brown captó la poca osadía que Mohamed tuvo con su variante y comenzó a atacar por las bandas, el Tricolor dominó los primeros diez minutos del complemento y mostraba facilidades para llegar a posición de gol en las inmediaciones del arco de Monzón, primero Fabro y después Caggiano ponían en jaque el arco Quemero. El ingreso de Milano, llegando a los quince, y la expulsión por doble amarilla de Mariano Guerreiro, diez minutos después, cambiaron el panorama y encendieron una luz de esperanza. Brown se quedaba con diez pero Huracán seguía sin ideas para doblegarlo, pese a que Caruso le devolvía una pared al Pity, quien ingresando al área mandaba su zurdazo pegado al palo izquierdo.

Los minutos se consumían y a falta de quince Gastón Monzón tuvo dos intervenciones claras para evitar goles visitantes, en la segunda de ellas envió la pelota al córner. Desde ese tiro de esquina la pelota le vuelve al ejecutante, Fabro, que ingresa al área como pancho por su casa y toca al medio para el solitario ingreso de Joel Barbosa, quien sin marca ni apuro mete la pelota en el arco vació ante la nula respuesta de Monzón y decreta el lapidario uno a cero. Brown de Adrogué, aquel humilde club del sur del Gran Buenos Aires que jugó 36 temporadas en Primera C, lograba ganarle a Huracán en el Tomás Adolfo Ducó y con un hombre de menos.

Desde ya que el gol fue un golpe imposible de recuperar para un Huracán que buscó el empate casi que por mera obligación, sin público ni nadie que les grite los jugadores mostraron todos sus nervios y limitaciones en los últimos minutos de juego, en donde un zurdazo de Martínez y una buena jugada de Milano terminó en un disparo a las nubes del ya ingresado Arraya.

Huracán perdió nuevamente pero esta vez se quedó sin su entrenador y principal referente, Antonio Mohamed. Esta historia de esas que a nosotros pocas veces nos pasaban terminó de una forma nefasta, dejándonos sin rumbo en apenas tres meses de trabajo. Con su salida Mohamed deja toda la presión en un limitadísimo plantel que él mismo moldeó, con varios jugadores de su mismo representante. Si el problema es futbolístico la lectura es que el Turco abandonó el barco, jamás hizo cambios sustanciales y siempre se mantuvo en una misma línea de juego. Mohamed se va pero deja un mal sabor de boca, queda dando vueltas la sensación que pudo haber hecho muchísimo más para sacar a Huracán de este momento.

Si el problema no es futbolístico, Mohamed tiene las espaldas y la personalidad para hablarle al socio e hincha de Huracán para explicar la situación y no cometer el mismo error con el que finalizó su anterior ciclo. En este contexto y con este accionar, la sensación es de abandono.

Los técnicos se van, los jugadores pasarán… Cuantas veces tocamos en nuestras cabezas esa canción para inflar el pecho en días grises para nuestra historia. Escribo estas líneas con una sensación similar a cuando nos quedamos en la puerta del clausura 2009, el último descenso, las reiteradas oportunidades perdidas en las dos temporadas anteriores.

Mi amor por Huracán, como el tuyo Quemero, trasciende todo y a todos. Antonio Mohamed no es más que un entrenador de paso, por lo menos así se va esta vuelta, como uno más del montón. Ni vos ni yo somos del montón, somos distintos y gracias a gente como vos y como yo Huracán existe, se mantiene de pie, sobrevive como puede.
Si de todo se aprende, aprendamos. Que esta experiencia traumática nos sirva para dejar de cometer errores viejos, no idealizar a personas que no son más que vos o que yo. Ojalá que esta comisión directiva termine su mandato haciendo por lo menos una cosa bien, contratando a un nuevo técnico con personalidad y experiencia en Nacional B, requisitos fundamentales. Agregaría también como ítem que el nuevo DT no tenga nada, pero nada, que ver con Huracán.

Para amar al Globo hasta el último día de nuestras vidas, Quemero, estamos vos y yo.



Síntesis

Huracán 0 – 1 Brown (Adrogué)


Huracán: Gastón Monzón; Federico Mancinelli, Víctor Cuesta y Eduardo Domínguez; Sergio Velázquez, Lucas Villarruel, Alejandro Capurro y Carlos Arano; Gonzalo Martínez; Nahuel Oviedo y Leandro Caruso. DT: Antonio Mohamed.

Brown (Adrogué): Matías Giordano; Joel Barbosa, Santiago Echeverría, Víctor Soto y Facundo Lemmo; Leonel Ríos, Adrián Maidana, Nahuel Pereyra y Martín Fabro; Jeremías Caggiano y Mariano Guerreiro. DT: Pablo Vicó


Gol: 35 2T Joel Barbosa (B) define cruzado ante un centro atrás de Fabro, a la salida de un corner.

Árbitro: Ariel Penel (bien)

Cambios: 0 2T Germán Mandarino por Capurro (H) / 11 2T Mauro Milano por Oviedo (H) / 21 2T Pablo Miranda por Caggiano (B) / 25 2T Juan Arraya por Velázquez (H) / 33 2T Matías Sproat por Maidana (B) y Juan Manuel García por Ríos (B).

Amonestados: Villarruel, Monzón, Cuesta, Arano (H) / Lemmo, Guerreiro (B)

Expulsado: 22 2T Guerreiro (B)

Figura del partido: Pereyra (B)

Figura del partido: no hubo



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