Falto de funcionamiento
y con algunos rendimientos individuales muy bajos, de todos modos, Huracán tuvo
la chance de vencer a Argentinos, pero falló un par de ocasiones propicias. Sumó
un punto con bastante sabor a derrota, y que dejó desalentados a los hinchas
que esperaban algo distinto.
Síntesis
Lunes 26 de
agosto de 2019
Superliga 2019
/ 2020 – Fecha 4
Jugado en: Estadio
Tomás Ducó – C.A.B.A
Huracán 0 –
Argentinos Juniors
Goles: no hubo
Árbitro: Patricio
Loustau (aceptable)
Amonestados: Bogado, Calello (H) / Vera,
Torrén, Mac Allister, Romero, Sosa (AJ)
Huracán: Antony
Silva; Gonzalo Bettini, Saúl Salcedo, Mariano Bareiro, Walter Pérez; Adrián
Calello, Mauro Bogado; Norberto Briasco, Rodrigo Gómez, Juan Garro; Andrés Chávez. DT: Juan Vojvoda.
Argentinos
Juniors: Lucas Chaves; Jonathan
Sandoval, Miguel Torrén, Carlos Quintana, Elías Gómez; Fausto Vera, Francis Mac
Allister; Damián Batallini, Diego Sosa, Gabriel Hauche; Santiago Silva. DT:
Diego Dabove.
Cambios: 27 1T Matko Miljevich por Hauche
(AJ) / 13 2T Fernando Coniglio por Briasco (H) / 21 2T Lorenzo Faravelli por Bogado
(H) / 26 2T Matías Romero por Mac Allister (AJ) y Lucas Barrios por Garro (H) /
40 2T Victorio Ramis por Batallini (AJ)
Figura del
partido: Lucas Chaves
(AJ)
Figura de
Huracán: Rodrigo Gómez
Para dejar todo bien comprendido, va el análisis de Nicolás Ziccardi de
Soy Quemero.
Un cero grande
Huracán jugó poco y no pudo
romper el cero ante un Argentinos Juniors que le dio facilidades. El equipo fue
levemente superior pero no supo aprovechar las pocas situaciones claras que
tuvo y terminó sumando un empate con sabor a derrota. Con niveles individuales
bajos y un sistema que no potencia el funcionamiento colectivo las preguntas
caen de maduras: ¿Hasta cuándo sostener nombres y esquema? ¿Se puede dar mucho
más que esto?
Tras algunas horas de incertidumbre
el Pueblo Quemero se hizo presente en el Palacio Tomás Adolfo Ducó para
acompañar al Globo en su presentación ante Argentinos Juniors por la cuarta
fecha de la Superliga. Huracán venía de sufrir su primera derrota del ciclo
Vojvoda en Paraná (más allá de los penales contra Godoy Cruz) y presentaba la
novedad de contar con Mauro Bogado en lugar de Faravelli, además Norberto
Briasco regresaba al equipo titular por Mendoza.
El Globo tomó la pelota de
arranque, intentó dominarla con prolijidad
pero tardó realmente poco en mostrar desajustes en precisión, con la zaga
central perdiendo balones aparentemente sencillos y jugando varias pelotas a la
nada. De todas formas Huracán tuvo situaciones, Rodrigo Gómez casi la mete
olímpica en un tiro de esquina que Chaves salvó volando; luego un perfecto
saque de Antony Silva habilitó la carrera de Andrés Chávez, el Comandante ganó
perfecto en las alturas pero se quedó sin nafta en el ingreso al área y terminó
definiendo tarde y desviado.
Argentinos también supo generar con
un par de tiros largos, uno de ellos manoteado a córner por Silva. Pero el
gasto ofensivo era del Globo, con Gómez en modo armador y muy poco lugar para
que tanto Garro como Briasco despeguen. Lo más peligroso pasaba por las
apariciones esporádicas de Chávez, aunque nuevamente el Comandante parecía hacer
todo con un ritmo más bajo que el resto.
Y una más, Salcedo anticipó en el
primer poste el tiro desde la esquina derecha y Garro llegó a tocar pero no a
empujar contra el arco vacío. Increíble pero real, igual que en la Boca y en
Paraná, el mendocino llegó limpio sin oposición pero no pudo soplarla a gol. El
último cuarto de hora fue el peor de le equipo en la etapa inicial, con vuelo
realmente bajo y un cabezazo visitante que no fue gol de milagro.
Ya en el complemento el equipo no
recuperó altura, Argentinos presionó alto y Huracán no supo cómo desenredarse.
Briasco y Garro eran casi marcadores de punta, el Globo tenía la pelota pero
quedaba lejísimos del arco rival y todo se simplificaba en pelotazos largos.
Encima la defensa visitante marcaba adelantada y en varias oportunidades fue el
golero Lucas Chaves quien durmió a los ofensivos de Huracán con cierres afuera
de su área.
Entonces empezaron los cambios,
Fernando Coniglio reemplazó a Briasco, Lorenzo Faravelli a Bogado y Lucas
Barrios entró por el lesionado Garro; Vojvoda deshizo el cambio que planteó
para mejorar (Faravelli-Bogado) y aunque juega con un solo nueve lo terminó
intentando con tres.
Coniglio fue el encargado de tirarse
a las bandas y desde allí mostró, al menos, ganas de estar.
El delantero corrió mucho pero tuvo poca participación en la zona caliente. Las
líneas quedaron desbalanceadas y la meceta de Rodrigo Gómez se sintió; sin
embargo y cuando el Droopy conectó cables sirvió una preciosa pelota en cortada
que dejó solo a Lucas Barrios, el delantero se plantó de cara a Chaves pero
definió sin demasiada dirección facilitando la buena respuesta del uno.
Tremendo mano a mano perdido por
Barrios, quien ingresó al campo bañado de silbidos. En la
continuidad de la acción Coniglio no pudo definir de primera y se terminó
acomodando para sacar un mal zurdazo.
Eso fue casi todo, Huracán no supo
abastecer a los tres tanques, quienes ganaron mucho de arriba pero se
encontraron muy poco entre ellos. El equipo lo intentó, tuvo personalidad pero
le faltó juego, tan simple como eso. Y en la última bola casi lo ganamos, Rodrigo
Gómez jugó un excelente tiro libre, desde lejos, que reventó con mucha potencia
el travesaño. Ni el tiro del final te va a salir, pálido cero a cero y silbidos
que taparon los también presentes aplausos.
Dos lecturas. Por un lado la del
equipo que fue superior a su rival, que tuvo situaciones muy claras y que con
poca asociación mereció claramente la victoria. En contraposición la
dependencia total de un solo armador, Gómez, y la falta de variantes ofensivas
cuando los extremos son tapados por el rival. En definitiva con poco se hizo
bastante, pero no alcanzó y a medida que no aparezcan las victorias se
mantendrá la duda sobre si el plantel puede dar mucho más de lo hasta aquí
mostrado.
Por lo pronto se vienen dos partidos
chivísimos, Newell´s en Rosario y luego River. Si hay un plus es el momento de
sacarlo, y si hay que meter mano en el once también. Calello
junto a Bogado deben permanecer, o al menos dos jugadores en la zona central
con características defensivas (Es tiempo de probar a Arzura, por cualquiera de
los dos). Me gustaría ver a Gómez por las bandas, en lugar de Garro o Briasco y
a Faravelli en la oposición que hasta aquí ocupó el Droopy. Coniglio pide pista
al menos por sus ganas, en un contexto de delanteros que no anotan.
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