sábado, 3 de diciembre de 2016

Si se sigue así...

Parece que la historia se repite partido tras partido. Esta vez, Huracán dejó pasar una nueva chance ante River Plate y como visitante, cayendo sólo por un gol de diferencia. Tras un primer tiempo paupérrimo, al menos en el segundo se notó una reacción y el Globo tuvo chances concretas de empatar. Pasó un tercio del torneo, y ocho puntos son escasísimos para lo que se necesita. ¿Los responsables se darán cuenta de esto?. ¿Les gustará jugar con el peligro?. Si se sigue así, Huracán se hunde...




Síntesis

Domingo 27 de noviembre de 2016
Primera División - Fecha 11
Jugado en: Estadio Antonio Liberti - Ciudad Autónoma de Buenos Aires

River Plate 1 - 0 Huracán

Gol:

19 2T 1-0: Sebastián Driussi (RP) de cabeza en el segundo palo en soledad, tras un córner de Martínez que es peinado en el primer palo.


Árbitro: Fernando Rapallini (Bien)

Amonestados: Iritier, Romat (H)

Expulsado: 48 2T Mancinelli (H)



River Plate: Augusto Batalla; Jorge Moreira, Gonzalo Montiel, Lucas Martínez Quarta, Camilo Mayada; Rodrigo Mora, Ignacio Fernández, Leonardo Ponzio, Gonzalo Martínez; Sebastián Driussi, Lucas Alario. DT: Marcelo Gallardo

Huracán: Marcos Díaz; Nicolás Romat, Martín Nervo, Federico Mancinelli, Carlos Araujo; Luca Sosa, Matías Fritzler; Ignacio Pussetto, Javier Iritier, Alejandro Romero Gamarra; Jerónimo Barrales. DT: Ricardo Caruso Lombardi.


Cambios: 18 2T Julio Angulo por Iritier (H) / 23 2T Daniel Montenegro por Sosa (H) / 25 2T Marcelo Larrondo por Driussi e Iván Rossi por Fernández (RP) / 31 2T Diego Mendoza por Romero Gamarra (H) / 33 2T Tomás Andrade por Martínez (RP).


Figura del partido: Ignacio Fernández (RP)

Figura de Huracán: Marcos Díaz


El primer tiempo, brindó la versión bucólica de Huracán de cada partido de la era Caruso Lombardi. Inconexo del medio hacia arriba, y con desatenciones defensivas que lo ponen al borde del colapso, pero que esta vez, no habían llegado a buen puerto de parte del rival, dada la liviandad del mismo y una dosis de fortuna, en las dos o tres llegadas más importantes de River.

En tanto, de arranque nomás la segunda parte parecía otra cosa con Huracán que trataba de ser incisivo, pero se quedaba en amagues. Aún así, logró tener chances concretas. Pero en un córner perdido, una peinada en el primer palo y Driussi, que se había soltado de su marca, en soledad y de cabeza anota la diferencia. 

Esta vez los cambios no fueron revulsivos. Incluso por una molestia el mejorcito del Globo, el pibe Iritier tuvo que salir, y sólo quedó en cancha la vergüenza y amor propio de Fritzler y Marcos Díaz. Esto en una tarde en la que Romero Gamarra no fue ni la sombra de quien es, y con un Pussetto bastante emperrado en la individual. ¿Barrales?. Todavía no volvió a Huracán. Avisenlé que lo estamos esperando.

Final y una derrota que encima deja la justa expulsión de Mancinelli, para encadenar fracaso tras fracaso y denotar un clima ya más que tenso, entre jugadores, DT, dirigentes y el quemero en general.

Como siempre, dejo en esta bitácora quemera, el comentario del amigo Nicolás Ziccardi para Soy Quemero, con las precisiones y su opinión.


SOS Huracán

Huracán se hunde, sin importar lo poco o mucho que haga en cancha. El Globo perdió por la mínima ante River en el Monumental para terminar de forma pésima una seguidilla de partidos tremendos. Pegó dos pelotas en el palo, erró un par de mano a mano y aunque mereció más volvió a quedarse sin nada. Planteo mezquino, algunos jugadores con nivel espantoso y una CD muda ¿Cómo seguir para evitar el abismo? 

“Veo el futuro repetir el pasado”, como triste bandera que llega para desplazar el grito de “Nunca más” que algunos pretendimos instaurar después del último y dramático ascenso. Poco podemos modificar sobre lo que ya se hizo (o lo que no se hizo, mejor dicho), con un mercado de pases nefasto en tiempo y forma. Que nos quede guardado en la memoria lo bueno y que podamos reflexionar sobre lo malo, para que cada uno desde su lugar pueda elegir la forma de contribuir para que no vuelva a repetirse. 

Recordemos que desde el momento en que Ábila se despidió de la gente ante las cámaras luego de convertirle dos goles a Lanús en mayo de este año, Huracán necesitaba buscar la forma de reemplazarlo lo más decentemente posible. Cien días tardó Alejandro Nadur en hacerlo, contrató a un Barrales que sigue sin convertir, y también a Depetris y Lesman, quienes a la fecha no jugaron un solo minuto ni ocuparon lugar en el banco de suplentes. Incluso no tenemos certeza oficial que este último esté habilitado para vestir la camiseta de Huracán. También se compró un porcentaje de Diego Mendoza en cifra millonaria, por pedido expreso de Eduardo Domínguez, más seguimos sin ver que el jugador pueda aguantar noventa minutos en ritmo de competencia oficial.

Recodemos también que Eduardo Domínguez decidió hacer público su malestar un día antes que arranque el torneo, y luego del mercado de pases más largo en la historia moderna del fútbol argentino. El mismo Domínguez que decidió quedarse para irse cinco partidos más tarde, con 0 triunfos. 

No olvidemos que Alejandro Nadur eligió a Ricardo Caruso Lombardi pocas horas después que Domínguez pegara el portazo. Quizás Huracán no precisaba un técnico salvador cuando fue a buscar a Caruso, casi con seguridad lo necesitará una vez que el actual entrenador decida irse de la institución. A menos claro que ocurra un cambio rotundo de aquí a fin de año, lo cual necesitamos como el agua. 

Del partido con River es justo mencionar una actuación mezquina pero por momentos suficiente para intentar llevarse algo. Es cierto que los primeros diez minutos de juego mostraron un River superior en cada línea del campo, sin embargo Huracán pudo acomodarse hasta tomar la pelota y encontrar en Javier Iritier una especie de superhéroe impensado. 

La sensación, y pese a la mejora, es que el Globo armaba un partido para intentar contener lo más posible al rival esperando el mínimo margen de error para lastimar. Momento que llegó cerca del entretiempo, cuando Quarta se resbala dejando a Pussetto solo y en diagonal al gol. Nacho queda en excelente ubicación pero falla el último toque del traslado, Mayada lo cierra y perdemos una oportunidad imposible de perder. Signo de estos tiempos, y de lo que sería el resto del juego. 

River nos atosigó con centros, Marcos se lució con dos cortes sensacionales y Alario tuvo el gol en el último minuto, pero su cabezazo se fue ancho. 

Los primeros diez del complemento fueron un oasis, sin ningún tipo de duda el mejor pasaje de Huracán en el semestre. El entrenador movió las piezas y entre Iritier y Romero Gamarra coparon los primeros metros del terreno local, apoyados en un Matías Fritzler en alto nivel y acompañados por la elasticidad en las bandas de Luca Sosa y Pussetto. 

En este tramo ocurrieron dos situaciones de gol insuperables. Primero Pussetto gana la cuerda por izquierda y espera el momento justo para definir mano a mano con Batalla, a centímetros de la línea de gol, sin embargo el arquero salva con su pierna derecha. A continuación una buena jugada preparada de pelota parada deja solo a Mancinelli, pero el cabezazo de Federico se estrella en el poste derecho, Jerónimo Barrales se momifica en el rebote y no logra direccionarla al gol. Ay Barrales, que mal que estás haciendo tu trabajo. Que equivocados estaban también aquellos que confiaron en vos. Sueño con tener que pedir disculpas por estas líneas, pero veo tan difícil que pase.

River emparejó las acciones en el cuarto de hora poniéndole fin de forma abrupta a la primavera Quemera, un poco también ayudado por el ingreso de Julio Angulo en lugar Iritier, quien no se encuentra físicamente apto para rendir como rinde durante noventa minutos. Una buena atajada de Díaz, que queda increíblemente sentido en el piso, pudo ser la apertura de River puesto a que Romat se desconectó del cosmos por algunos segundos. 

El Millonario pegó como pegan los equipos serios, aprovechando al máximo la oportunidad presentada. Córner desde la izquierda, Alario le gana el anticipo a Romat y Driussi ingresa solo por el segundo palo empujando la pelota de cabeza al arco vacío, con Mancinelli tomándole la patente. Gol de River. 

Rolfi Montenegro por Luca Sosa en un cambio que proponía “matar o morir”, sin embargo la salida de Romero Gamarra partió al equipo en dos. Montenegro perdió a su socio y el ingresado Mendoza quedó aislado con Barrales allí adelante. Pese a esto Diego Mendoza tuvo su bala de plata, luego que Ignacio Pussetto vuelva a ganar en el ingreso al área por izquierda para tocar perfecto al medio, el ex Estudiantes recibe y, sin arquero, estrella su derechazo en el travesaño. 

Difícil que este Huracán en este contexto pueda hacer algo más de lo que hizo en el Monumental. La pelota no entró, y la derrota fue inexorable. Quedó tiempo para una extraña irresponsabilidad de Mancinelli, que pegó un patadón innecesario que le valió la expulsión. 

River ganó bien, pero no fue decididamente mucho más que un Globo que sin dudas pudo llevarse algo del Monumental. Un cúmulo de errores presentes, atravesados por los del pasado, no nos permitieron sumar complicándonos de cara al futuro. 

Estamos encomendados vaya a saber uno a quien. Lo inmediato será tratar de ganarle a Colón en el Palacio Ducó, donde Huracán no pudo triunfar una sola vez en el semestre. Nos queda la para nada sencilla tarea de intentar terminar el año fuera del descenso.

Mientras tanto abracemos las fotos de Wanchope, de la Copa Argentina, de la Sudamericana, de esas hermosas noches de Copa Libertadores. Abracemos fuerte aquellos recuerdos.

Quizás los Dioses de la casualidad pura vuelvan a bendecirnos pronto.

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