lunes, 19 de septiembre de 2016

Otra vez, sopa...

Nuevamente Huracán rifó 45 minutos y se dispuso tácticamente a jugar sin delantero definido, ante un rival en formación, con problemas más acuciantes que los nuestros con el descenso y que sólo llevó peligro ante indecisiones y desprolijidades propias. Con algo más de amor propio y un poco de atención, el Globo llegó al empate en un juego donde con poco más, debió haberse quedado con los tres puntos. Esto de todos modos, no salva la muy floja actuación general del equipo.


Síntesis


Viernes 9 de setiembre de 2016

Primera División  - Fecha 2

Jugado en: Estadio Tomás Ducó – Ciudad Autónoma de Buenos Aires


Huracán 1 – 1 Quilmes

24 1T: Federico Andrada (Q) con un remate de derecha desde fuera del área, que toma mal parado y sin reacción a Díaz, tras un balón perdido por Romat.

24 2T Luca Sosa (H), de zurda, cruzado y a rastrón dentro del área, entrando por el segundo palo, tras un rechazo de la defensa rival a un centro de Romat.


Árbitro: Héctor Paletta (regular)

Amonestados: Bogado, Garré (H) / Orihuela, Maximiliano González, (Q)


Huracán: Marcos Díaz; Nicolás Romat, Martín Nervo, Luca Sosa, Ezequiel Garré; Mauro Bogado, Matías Fritzler; Ignacio Pussetto, Mariano González, Julio Angulo; Daniel Montenegro. DT: Eduardo Domínguez.


Quilmes: César Rigamonti; Gastón Bottino, Diego Colotto, Matías Sarulyte, Matías Orihuela; Hernán Da Campo, Matías Escobar, Maximiliano González, Enzo Acosta; Federico Andrada, Cristian García. DT: Alfredo Grelak.


Cambios: 0 2T Jerónimo Barrales por Bogado (H) y Patricio Toranzo por Garré (H) / 13 2T Juan Martínez Trejo por Acosta (Q) / 21 2T Nicolás Benegas por García (Q) / 22 2T Alejandro Romero Gamarra por Pussetto (H) / 32 2T Matías Pérez Acuña por Da Campo (Q).


Figura del partido: Federico Andrada (Q)

Figura de Huracán: Matías Fritzler


Otra flojísima presentación del equipo de Eduardo Domínguez. Falto de rumbo y con errores individuales notorios (como en el gol rival, en donde fallan Romat primero y Marcos Díaz luego), dejó pasar de largo la primera parte inmerso en una apatía general, y nuevamente, sin al menos un referente de área hacia el cual atraer las miradas de la defensa contraria. Esto se suma al extraño bajo nivel que se encuentran atravesando jugadores claves del ciclo pasado (caso Bogado y el propio Díaz),lo que confluye en un panorama por momentos desolador.

En la segunda, “arriesgó el DT” colocando a Barrales de referencia, lo que al menos hizo que la defensa quilmeña tuviera algo de qué preocuparse, aún ante el bajo nivel del delantero, que solo complicó con un cabezazo llovido. Por suerte, y obra del adelantamiento del pibe Luca Sosa, llegó el empate en una jugada que se limpió tras un mal despeje rival, lo que dejó paso a un partido donde ambos equipos pudieron haberse llevado los tres puntos.

Para una mayor comprensión, dejo trascripto el análisis del amigo Nicolás Ziccardi para Soy Quemero:



Dos veces con la misma piedra
Huracán tuvo una noche pésima en el Palacio Ducó y apenas empató uno a uno ante Quilmes. Eduardo Domínguez volvió a platear un equipo raro con acefalía ofensiva, e hizo cambios en el complemento que contribuyeron al desorden general. Luca Sosa rescató una unidad anotando la igualdad tras buen zurdazo, en medio de varias actuaciones individuales para el olvido. Un punto de seis en un arranque donde la principal preocupación es el funcionamiento.

Solo ilusión en el hermoso Tomás Adolfo Ducó, allí en la última esquina de Parque de los Patricios, para el reencuentro entre el Pueblo Quemero y Huracán. Claro que la expectativa, reflejada en una buena convocatoria, comenzó a perder fuerza apenas Héctor Paletta pitó el inicio y el Globo desnudó su planteo táctico.

Luca Sosa por el tocado Mancinelli y Romat haciendo su presentación, hasta aquí todo lógico. Montenegro flotando entre el doble cinco y Pusetto, bien tirado a la derecha; Julio Ángulo buscando desequilibrar por la izquierda y Mariano González oficiando de única punta, desenvolviéndose principalmente de espaldas al arco, casi sin contacto con el balón.

Naturalmente Huracán no se encontró, y pese a una saludable intención de mover la pelota de un lado al otro muchos jugadores no se mostraban cómodos con esa búsqueda, cometiendo varios errores en la salida. Con los volantes bien abiertos en la punta y tanto Montenegro como González absorbidos por los centrales rivales, era Fritzler quien oficiaba de armador, por lo cual un error en la cesión de cualquiera le entregaba a Quilmes campo abierto para atacar por el centro de la cancha.

Así fue como Huracán buscó desnivelar con las posibilidades individuales de Ángulo y Pussetto, de interesantísimas pinceladas. Quilmes cruzaba mitad de cancha casi al trote y terminaría encontrando el gol tras dos errores muy marcados, en 23 minutos. Nicolás Romat se resbala en la salida dejando el balón servido a Enzo Acosta, quien traslada y toca al centro para Federico Andrada. El delantero avanza ante el tardío cruce de Nervo, aun así saca un tiro débil sin demasiada dirección que Marcos termina metiendo en su propia puerta. El remate es discreto, Díaz llega a la pelota pero su manotazo no es firme y termina colándose. Como en Mendoza, el Globo quedaba en desventaja tras un cúmulo de fatalidades.

El resto del primer tiempo no fue fácil. Montenegro no pesaba en la generación más allá de contados pases filtrados, la defensa era un flan y el 80% de los ataques finalizaban con algún defensor de Quilmes anticipándose en el bochazo a Ángulo. Marcos no contribuía y volvía a fallar dejando a la visita de cara al segundo. El Globo estuvo cerca de empatar en dos situaciones, un buen cabezazo de Romat pisando el área que se fue desviado, más el unipersonal de Pussetto que finalizó con remate contra la red lateral izquierda.

En el complemento Domínguez decidió el lógico ingreso de un centro delantero, Jerónimo Barrales en su vuelta, más Patricio Toranzo. Fue un error los que salieron, aunque Garré venía haciendo un partido para perder la titularidad de forma definitiva y Bogado estaba mal y amonestado, el equipo se desarmó por completo, regaló el mediocampo y aglomeró ciertos sectores de la cancha. Fritzler de seis junto a Nervo, Sosa de tres. Mariano González como cinco de marca (una forma de decir) con Toranzo de armador y Montenegro flotando por allí.

El ingreso de Barrales fue por definición una mejora, juntando a los centrales rivales y aportando presencia en el área. Huracán jugó los 45 minutos en pose ofensiva, sin embargo cada pérdida de pelota era una invitación táctica para que Quilmes convirtiera el segundo. Un riesgo innecesario.

Las situaciones aparecieron, un buen remate de Montenegro que se fue apenas ancho y un cabezazo de Barrales que Rigamonti salvó en su primera intervención del partido. Pussetto salía de forma inentendible (Parece que fue una lesión) y la gente mostró su descontento. Romero Gamarra se paró por izquierda mandando a Ángulo por derecha, al tiempo que Mariano González se encontraba una pelota suelta en el área para estrellarla con la curva superior del travesaño.

A falta de veinte el empuje del Globo tendría su premio. Excelente pase de Patricio Toranzo para el desprendimiento de Julio Ángulo y posterior centro al corazón del área. La defensa de Quilmes despeja a medias y el entusiasta Luca Sosa toma el rebote con una buena volea de zurda al sobre pique del balón, que se mete como una bala ante la inmovilidad de Rigamonti. Uno a uno.

Lejos de acariciar el triunfo, Huracán sintió el desorden y las piernas de varios jugadores cedieron ya sin cambios. Montenegro, Mariano Gonzáles y hasta el propio Barrales se mostraban ahogados; El pase largo de Toranzo perdía fuerza y la ofensiva se sostenía con los enganches al centro de Romero Gamarra y los empellones de Ángulo. Quilmes tuvo el segundo tras un nuevo error de Díaz, que logró recuperarse con lo justo.

Así se nos fue un nuevo partido, empate con gusto a derrota. Domínguez planteó mal ambos tiempos, el Globo se vio en desventaja tras dos errores marcados y terminó empatando producto de un empuje desordenado. Varios jugadores en bajo nivel, y otros tantos que no están en condiciones de jugar los noventa minutos completan un combo que al momento es nocivo. Ahora un poco más de una semana de trabajo para intentar sumar en Tigre, aunque más importante será que Huracán comience a dar signos vitales desde el funcionamiento.


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