jueves, 9 de junio de 2011

Los inicios del Club Atlético Huracán (Parte 1)

Con Huracán ocurre lo mismo que con la ciudad de Buenos Aires, que habiendo sido fundada dos veces (1536 y 1580), reconoce como fecha oficial a la última. Esto se desprende del acta número uno del libro de reuniones de Asambleas, que dice: "Fúndase en Buenos Aires con fecha 25 de mayo de 1903 el Club Huracán, reorganizado el 1° de noviembre de 1908". Entonces, si el sello del club lleva en aquella acta la fecha del 1° de noviembre de 1908, cabe nombrar como fundadores a aquellos que se reúnen en 1908, y como "precursores" a aquellos que lo hacían años antes.

Cuándo, cómo y dónde se origina la actividad futbolística de estos precursores no es posible de definir en forma concreta, pero existe mucha información dispersa y no oficial que permite reconstruir algo de ello. En los primeros años del siglo XX, existían en la zona de Parque Patricios y Nueva Pompeya, muchos y extensos baldíos y semibaldíos, que servían a los alumnos de los pocos colegios de la zona para largarse a aprender ese deporte nuevo que aparecía traído de la mano de los ingleses, el fútbol.

En uno de esos colegios, el Luppi de Pompeya, estudiaban aquellos precursores, quienes se juntaban a jugar en uno de esos baldíos, en la esquina de Ancaste (hoy Enrique Ochoa) y Traful. Luego, para organizarse, se reunían en la casa de uno de ellos, Gastón Brunet, en la calle Lynch, donde hoy se encuentra el Hospital Aeronáutico. No se cuenta con mayores precisiones sobre las actividades de aquellos precursores, ni sobre la fecha de la primera fundación. No obstante, lo que si se sabe, es que su primera reunión "oficial" fue un 25 de mayo, frente a la casa de Tomás Jeansalle, y que la iniciativa de la misma la llevaba Américo Stefanini, estudiante del Colegio Luppi, igual que todos los que lo acompañaban.

De más está decir que aquella decena aproximadamente, de entusiastas muchachos, no eran concientes de la magnitud que tomaría su iniciativa, y lo único que los inquietaba, era encontrar un nombre al club que habían hecho nacer. Desde que se inicia la reunión, se proponen nombres que no prosperan, porque mientras algunos quieren buscar una denominación "que suene bien", otros prefieren algo que indique "poderío o fuerza". Finalmente, alguien propone "Verde Esperanza y No Pierde", con el cual se ponen de acuerdo.

Continuará.....

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