Todo se terminó. Emelec cacheteó a Huracán en su
estadio, y lo sacó de la Copa Libertadores y hasta de la Sudamericana. Huracán,
sea lo que sea que pase en el último juego, quedó fuera de todo. Renunció Antonio
Mohamed.
Síntesis
Martes 23 de abril de 2019
Copa Conmebol Libertadores 2019 – Grupo B – Fecha 5
Jugado en: Estadio Tomás A. Ducó – Ciudad Autónoma
de Buenos Aires
Huracán 1 – 2 Emelec (Ecuador)
Goles:
34 1T 0-1: Jordan Jaimes
(E) de cabeza, desde el centro del área y cruzado a un palo, tras un córner de
Pisano de la izquierda, ganando en el salto a Alderete.
27 2T 0-2: Brayan Angulo
(E) con zurda al palo de Pellegrino por bajo, tras toque adentro de Matamoros
en una contra, dada por errores de Merolla y Sills.
50 2T 1-2: Lucas Gamba
(H) de volea al borde del área chica, en segunda jugada toma la bola suelta
tras un córner y cabezazo fallido de Barrios.
Árbitro: Arnaldo Samaniego (regular)
Amonestados: Pisano, Estacio (E)
Huracán: Fernando Pellegrino; Pablo Álvarez, Saúl Salcedo, Lucas Merolla, Omar
Alderete; Norberto Briasco, Juan Sills, Walter
Pérez, Andrés Roa; Lucas Gamba, Andrés Chávez. DT: Antonio Mohamed.
Emelec
(Ecuador): Esteban Dreer; Romario Caicedo, Jordan Jaime,
Leandro Vega, Gorman Estacio; Nicolás Queiroz, Dixon Arroyo; Bryan Cabezas, Joel
Pisano, Fernando Guerrero; Brayan Angulo. DT: Bolívar Vera
Cambios: 0 2T
Holger Matamoros por Pisano (E) / 12 2T Lucas Barrios por Chávez (H) / 16 2T
Patricio Toranzo por Álvarez (H) / 42 2T Gabriel Cortez por Angulo (E) / 44 2T
Marlon Mejía por Queiroz (E).
Figura del partido: Esteban Dreer (E)
Figura de Huracán: Lucas Gamba
No voy a decir nada, la
tristeza y el enojo juntos se llevan todo. Por eso Nico Ziccardi lo explica mejor.
Un paso adelante y cientos para atrás
Huracán perdió como local ante Emelec y Antonio Mohamed cerró su
espantoso ciclo con eliminación de la Copa Libertadores. El Globo tuvo las
chances pero el rival la contundencia, el equipo empujó mucho pero las pocas
veces que encontró claridad chocó con el golero Esteban Dreer. A falta de un
partido tenemos asegurados el último lugar, y eso es realmente imperdonable.
Ya
con algo de distancia en relación al partido el análisis se mantiene igual.
Tras perder una enorme oportunidad en la serie clásica de la Copa de la
Superliga Huracán se encontraba con otra instancia decisiva, con muchas
dificultades para lograr resultados pero posibilidades reales de concretar
objetivos realmente importantes.
La
victoria de Cruzeiro en Venezuela dejaba al Globo dependiendo de sí mismo para
avanzar a los Octavos de Final en la Copa Libertadores, casi un milagro
matemático teniendo en cuenta que el equipo solo había logrado uno de los
quince puntos que llevaba disputados. Pero ganándole a Emelec y Deportivo Lara,
ambos en el Ducó, nos quedaríamos con el segundo lugar del Grupo B.
Mohamed
entonces se jugaba lo único que le quedaba sosteniendo la defensa que le había
dado frutos en el Bajo Flores, Sills y Pérez relegando nuevamente otros nombres
importantes y Lucas Gamba arriba junto a Chávez, para intentar imprimir otro
volumen ofensivo. El Globo tuvo el empuje, las ganas, pero la faltó fútbol y
también claridad en los metros decisivos; y como si la impotencia propia no
fuera suficiente, aquellos balones que el equipo terminó logrando llevar con
peligro al arco visitante encontraros las respuestas de Esteban Dreer,
respuestas que durante el primer tiempo fueron creciendo en cantidad y calidad.
La
cosa venía mal barajada y Emelec supo aprovechar los espacios a espaldas de
Sills, atacando más de una vez mano a mano contra la línea defensiva. Uno de
estos avances terminó con el tiro desde la esquina derecha que Jordan Jaime
cabeceó entre cuatro futbolistas del Globo, el defensor ecuatoriano le ganó el
salto final y Omar Alderete para meter el testazo que agarró a Pellegrino mal
posicionado; el arquero tiró el tardío paso largo y solo llegó a ver pasar el
balón.
Huracán
cerró la noche con 14 tiros de esquina a favor y solo 3 en contra, la
importancia de una materia que en Parque Patricios desaprobamos hace varios
años.
Pero
el partido seguía, e increíblemente en cierto punto de nuestros corazones
también la ilusión. El complemento fue una fiel continuidad de la etapa
inicial, Gamba peleando contra cualquier obstáculo que se le presente y el
resto intento hacer las cosas de la forma más prolija posible, y casi sin tomar
riesgos.
Roa
era de intermitente a intrascendente, Chávez ocupaba espacios pero apretaba
poco y Briasco nunca más volvió a tener las libertades que había encontrado en
el Bajo Flores, para colmo tampoco fue preciso las veces que le tocó. Lucas
Barrios ingresó bañado en silbidos por Briasco, y minutos más tarde Toranzo
reemplazó al lesionado Álvarez.
Los
minutos pasaban y la incertidumbre crecía, el Globo estaba estancado y a
dieciocho del cierre quedaría liquidado. Sills solo vio a Matamoros tirar el
centro atrás que Brayan Angulo mandó a guardar ante la tibia marca de Alderete,
lapidario 0-2 para sepultar todo tipo de esperanza.
Entonces
reapareció un escenario que hace rato no se veía, mucha gente
colgada en el alambrado detrás del banco de suplentes. Insultos y hasta
diálogos con los jugadores que esperaban contra la Miravé ser opción para un
cambio que no se terminaría realizando. Incertidumbre y dolor, alguna que otra
situación clara desperdiciada y el gol que Lucas Gamba anotó en el último segundo
de juego; un certera volea en plena área chica que apenas sirve como tibia
recompensa al futbolista que más y mejor lo intentó, además de significar la
primera diana realizada por un jugador de Huracán en esta Libertadores 2019.
Fue
final, derrota por 2-1 y eliminación de la Copa Libertadores 2019, misma a
la que Huracán llegó clasificado directamente a su instancia de grupos como uno
de los mejores equipos de la Superliga. Pero hay más, el equipo aseguró el
cuarto lugar aun debiendo un juego y tampoco tendrá la posibilidad de avanzar a
la Copa Sudamericana 2019, papelón.
Antonio
Mohamed presentó su renuncia tras finalizar el cotejo en una decisión que ni
siquiera el más fiel de sus seguidores tiene demasiado por reprochar. El ciclo estaba terminado hacía
rato, pero evidentemente el entrenador intentó agotar
instancias en la búsqueda de un premio consuelo que nunca llegó.
Esta
abrupta caída deportiva tiene secuelas fuertes en lo económico. El Globo
perdió mucho dinero por no avanzar de ronda, y también una cantidad nada
despreciable por no avanzar a la Sudamericana. Ni hablar de la estima,
profesional y en cuanto a la valorización económica, que el grueso del hincha
pareció perder sobre los jugadores; es injusto no analizar la temporada entera,
pero hay relaciones que parecieron romperse.
¿Qué
nos queda? Agradecer que esta caída tiene poco que ver con aquellas penurias
que tanto daño nos hicieron en el pasado reciente. Y no es conformismo, es
entender que todo el trabajo que sí se hizo bien ayudó a que Huracán tenga un
promedio estable, mismo que sin ningún tipo de dudas se hubiese comprometido
rápidamente con la supuesta continuidad de Mohamed.
Este
ciclo nos deja además una tristeza inconmensurable, la de jugar un
partido de Libertadores solamente por la estadística. Imposible de perdonar,
ojalá tampoco lo olvidemos.
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