El punto logrado por el Globo en
Córdoba se valorará o no tras el fin de semana que viene. En principio se puede
decir que se ganó un punto, ya que Talleres lo tuvo a maltraer y fue nuevamente
Marcos Díaz que con un par de salvadas sensacionales, logró que su arco se
mantenga en cero y de esa forma rescatar el empate que deja a Huracán en la
puerta de la clasificación al máximo torneo internacional.
Síntesis
Sábado 5 de mayo de 2018
Superliga Argentina – Fecha 26
Jugado en: Estadio Mario A. Kempes –
Ciudad de Córdoba
Talleres (Córdoba) 0 – 0 Huracán
Goles: no hubo
Árbitro: Mauro Vigliano (regular)
Amonestados: Rojas, L. Godoy (T) / Salcedo, Pussetto, Araujo,
Calello, Bogado (H)
Talleres (Córdoba): Guido Herrera; Leonardo Godoy, Javier
Gandolfi, Carlos Quintana, Ian Escobar; Fernando Godoy, Pablo Guiñazú, Mauro
Ortíz, Juan Ramírez; Joao Rojas, Junior Arias. DT: Frank Darío Kudelka
Huracán: Marcos Díaz; Carlos Araujo, Saúl Salcedo, Martín Nervo,
Pablo Álvarez; Mauro Bogado, Adrián Calello, Israel Damonte; Ignacio Pussetto, Nicolás
Silva; Diego Mendoza. DT: Gustavo Alfaro.
Cambios: 14 2T Aldo Araujo por Ortíz (T) / 21 2T Santiago Silva
por Rojas (T) / 24 2T Andrés Chávez / 34 2T Alexis Messidoro por Ramírez (T) /
38 2T Cristian Chimino por Bogado (H) / 42 2T Fernando Coniglio por Silva (H)
Figura del partido: Marcos Díaz
De las manos de Marcos Díaz y de su
orden defensivo general, Huracán se trajo un difícil punto de Córdoba y se pone
en la fecha final en la antesala y dependiendo de sí mismo, para lograr una
clasificación al torneo continental más importante.
Desde el comienzo del juego, fue
Talleres que tomó las riendas, volcando el juego por su banda izquierda de ataque,
comandado por el peligroso Juan Ramírez en tándem con el ecuatoriano Joao
Rojas. Araujo sufrió bastante el dos – uno constante que le provocaban, y el “eterno”
Pablo Guiñazú manejaba los hilos de la mitad de la cancha. No obstante,
transcurrida la media hora, Huracán lo emparejó, y si bien su nivel de riesgo
fue bajo, ya que el juego se tornó parejo, tuvo situaciones un poco más concretas
que el rival. En este sentido, influyó poco Pussetto, puesto a volante por
derecha, con poco recorrido para llegar a posiciones de peligro. En definitiva,
siempre Huracán deja hacer al contrario y lo espera, planteando su juego en
ataque a partir de aprovechar el espacio que le ceden.
Al inicio de la segunda parte, y tal
el arranque del juego, Talleres salió a buscar la victoria y complicó con un
par de llegadas. Lentamente el juego se recompuso una vez para Huracán, pero
sobre el final, cuando se preveía que nada pasaría, Talleres tuvo las opciones
más claras. Allí apareció Marcos Díaz en toda su expresión, tapando
instintivamente un par de situaciones frente a los delanteros rivales, que no
pudieron doblegarlo. Final y un empate que, a la luz de los resultados de la
fecha no estuvo mal, y que brinda un sabor positivo para llegar al cierre de
una campaña a todas luces muy satisfactoria.
Para más detalles, dejo la crónica de
Nicolás Ziccardi, de Soy Quemero.
Lo mejor para el final
Huracán igualó cero a cero ante Talleres en Córdoba sumando la
unidad necesaria para asegurar su clasificación a la Copa Sudamericana 2019 y
seguir dependiendo de sí mismo para transformarla en un ticket de acceso a la
próxima Libertadores. El equipo construyó una actuación con muchos matices en
la cual dominó y fue dominado, tuvo algunas situaciones claras de gol pero
también volvió a apoyarse en el decisivo Marcos Díaz. Ahora el Globo buscará en
el último partido de la Superliga, ante Boca en el Ducó, la victoria que lo
meta en el máximo torneo continental.
Parada brava y determinante en el Mario Alberto Kempes de la
capital cordobesa, allí donde el Club Atlético Huracán se presentaba ante el
Club Atlético Talleres, de iguales intereses, con un panorama determinante: una
victoria nos clasificaba para la próxima Copa Libertadores mientras que perder
nos dejaba virtualmente eliminados. Gustavo Alfaro dispuso el regreso de Israel
Damonte en lugar de Andrés Chávez como única modificación del once inicial en
el triunfo ante Atlético Tucumán.
Huracán arrancó bien plantado
en el campo de juego, con Ignacio Pussetto por
banda izquierda y Nicolás Silva en la misma línea que Diego Mendoza siendo
Mauro Bogado el cinco que más
se movía por la derecha. Parecía que la temprana y apresurada amonestación a
Saúl Salcedo incidiría en el desarrollo, sin embargo el central paraguayo
mostró todavía mayor temple para convertirse casi de inmediato en el patrón del
fondo Quemero.
El Globo empezó a parar el bloque de volantes cada vez más
adelante pero esto benefició a la rápida salida de Talleres, como cuando Rojas
limpió a Calello y Araujo por la banda, recibiendo una aparente infracción que
Vigliano no entendió como penal. El vértigo que intentó imprimir el Matador
mermó casi de inmediato y era Huracán quien parecía tener el partido
controlado, moviendo la pelota con criterio con Israel Damonte como eje aunque
sin el picante necesario para meter el puñal; de todas formas tuvimos la más
clara del primer tiempo cuando Nicolás Silva penetró al área local tras bochazo
largo que peinó Mendoza y sacó un perfecto zurdazo, casi sin ángulo, que Guido
Herrera desvió a córner.
El propio golero de Talleres mostró varias dificultades para
detener los centros que lanzó Huracán, aunque no tuvimos el olfato necesario
para sacar mayor provecho. La segunda opción más clara también fue nuestra, ya
con Pussetto retornando a la derecha, Silva habilitó la sorpresiva aparición de
Calello pero Adrián, dentro del área, intentó un fallido pase a Mendoza que
resultó desviado cuando todos pedíamos shot a puerta dado la inmejorable posición.
Talleres lo tuvo sobre el
cierre con Mauro Ortiz, pero el ex Riestra no aprovechó el espacio que le
regaló Pussetto y definió muy mal. Así cerró la primera mitad, y de haber
público Quemero en Córdoba sin dudas hubiera despedido con aplausos al equipo. Huracán no se achicó,
tomó la iniciativa durante mayor cantidad de minutos y logró las opciones más
claras para anotar.
Ya en el complemento el trámite
cambió. Talleres salió a quemar naves ante un Huracán más retrasado por
mérito rival que por decisión propia, pero aún apretados el equipo no perdió
compostura no solidez defensiva. Diego Mendoza tuvo un cabezazo que pudo llevar
más peligro aunque la T logró una clarísima con Rojas probando los reflejos de
Marcos Díaz; enseguida una súper nítida para nosotros, sin embargo la volea de
Israel Damonte, tras otra buena maniobra de Silva, no fue limpia en altura del
punto penal.
Huracán fue perdiendo el poco
peso ofensivo que tenía y el ingreso de Andrés Chávez por Diego Mendoza nada
modificó, incluso el peligro volvió a aparecer con un tiro libre largo de Mauro
Bogado que picó realmente cerca del poste derecho de Herrera. Talleres recuperó
peligrosidad en el cuarto de hora, y allí apareció nuestro ancho de espadas.
Marcos Díaz le bloqueó un mano a mano en velocidad a Aldo Araujo.
Ojo que el Globo, amén a sus
dificultades para elaborar juego asociado en campo rival, también se mostraba
peligroso con un derechazo del decisivo Carlos Araujo que Guido Herrera salvó
con rebote riesgoso. Pero hablábamos de Marcos, ese que se agigantó bloqueando
un mano a mano luego que nuestro capitán se mancara de forma inexplicable
dejando pasar a Aldo Araujo. Díaz también salvó un gol seguro luego que
“Quebracho” Quintana, con clara infracción, cabeceara ante la tremenda volada
de nuestro emblema.
Cristian Chimino ya estaba en
cancha en reemplazo de Bogado (¿Era necesaria esa amarilla Mauro?) y Fernando
Coniglio reemplazó al Mosquito Silva. Los últimos dos minutos de los cuatro
adicionados por Vigliano se jugaron en las inmediaciones del área de un
Talleres literalmente fundido, sin embargo Huracán tampoco tuvo el resto para
aprovechar esta curiosísima situación. Solamente un centro defectuoso de
Coniglio que Herrera descolgó perfecto cuando Chávez estaba solo y sin marca.
Final, empate cero a cero y un
mundo de sensaciones sobre el partido. No dudo en afirmar que en
líneas generales Huracán fue el mejor, contó con más situaciones de
gol y logró contener a un equipo que claramente es más peligroso en el mano a
mano. Por eso mi bronca, que debe ser la de muchos, de entender que con un poquito más de riesgo
ofensivo podríamos habernos llevado todo.
Pero si recordamos nuestra lucha primaria este punto terminar siendo
fantástico, ya que nos vuelve a meter en
una Copa Internacional. Desde que regresamos a Primera llegamos a la última
jornada de los torneos largos necesitando un resultado favorable para no irnos
a la B, ahora precisamos ganar para volver a la Copa Libertadores de América;
pequeña gran diferencia.
Veremos cómo llega Boca, y el resto de los equipos. Las
posibilidades matemáticas varían e incluso podemos meternos perdiendo. Claro
está que solo un triunfo nos permite no depender de nadie, por eso lo mejor
llegará en el final de la Superliga.
Lo que también ya está
decidido, más allá de las formas, es que este plantel y cuerpo técnico merecen
una despedida acorde al tremendo esfuerzo realizado. Aplausos para cerrar una
temporada soñada por pocos, y respaldo para que quede claro que no nos
conformamos en búsqueda de mejorar pensando en lo que viene.
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