domingo, 4 de junio de 2017

Siempre dependemos de los milagros…

En un partido por el cual casi nadie daba un peso, Huracán consiguió, de la mano del amor propio y una dosis de épica, dar vuelta la serie que había arrancado de manera más que oscura en Venezuela, ante Deportivo Anzoátegui, por la fase previa de la Copa Sudamericana. Un planteo ultra ofensivo y la constante obsesión por el arco rival, le permitieron alcanzar la goleada necesaria, cuando se jugaba el tiempo adicionado al reglamentario.




Síntesis


Miércoles 31 de mayo de 2017

Copa Conmebol Sudamericana – Fase Previa – Partido de vuleta

Jugado en: Estadio Tomás Ducó – Ciudad Autónoma  de Buenos Aires


Huracán 4 – 0 Deportivo Anzoátegui (Venezuela)


Goles:

22 1T 1-0: Diego Mendoza (H) con toque de derecha en el área chica a arco vacío, tras un rechazo con la mano del defensor Ramírez a remate de Romero Gamarra. La jugada comenzó con un grave error de Velázquez que le deja servida la pelota en el área a Briasco.

7 2T 2-0: Norberto Briasco (H) de cabeza desde el punto penal abajo al segundo palo, tras centro de Montenegro.

10 2T 3-0: Leandro Cuomo (H) con un remate de volea de derecha desde fuera del área por el callejón central, que se clavó en el palo de la mano izquierda del golero rival.

48 2T 4-0: Alejandro Romero Gamarra (H) con un remate cruzado de zurda, bajo y fuerte, que se coló por el palo de la mano izquierda del arquero, tras un centro de Chacana que no pudieron conectar Pussetto y Briasco.



Árbitro: Jorge Osorio (Chile) (bien)

Amonestados: Cuomo, Nervo, González (H) / Ramírez, Guerra, Velázquez (DANZ)


Huracán: Gonzalo Marinelli; Martín Nervo, Carlos Araujo, Lucas Villalba; Leandro Cuomo; Lucas Chacana, Daniel Montenegro, Alejandro Romero Gamarra; Norberto Briasco, Diego Mendoza, Julio Angulo. DT: Juan Azconzábal.

Deportivo Anzoátegui (Venezuela): Beycker Velázquez; Luis Colmenarez, Rubén Ramírez, Gilbert Guerra, Renier Rodríguez; David Centeno, Ricardo Martins, Manuel Medori, Yohan Cumaná; Néstor Canelón, Charlis Ortíz. DT: Nicolás Larcamón


Cambios: 40 1T Ignacio Pussetto por Angulo (H) / 0 2T Johny Mirabal por Medori (DANZ) / 24 2T Mariano González por Montenegro (H) / 41 2T Jeremías Ugo Carabelli por Colmenarez (DANZ) / 43 2T Patricio Toranzo por Cuomo (H) / 48 2T Rubén Rojas por Rodríguez (DANZ)


Figura del partido: Carlos Araujo



Ante la gran cantidad de bajas que ofrecía el plantel para este partido, y el funesto resultado que había que levantar, poca era la expectativa del quemero común. De hecho, claro está, se quería ganar, como siempre, pero ante lo que mostró el equipo en el semestre, parecía utópico que el equipo consiguiera los goles necesarios. Ante Boca había mostrado una correcta versión y casi se queda sin nada dado su poco “poder de fuego”.

En este contexto, sorprendió absolutamente Asconzábal con la formación inicial. Quemó los papeles de lo que venía haciendo e ideó un esquema con seis jugadores netamente ofensivos, un 3-1-3-3, con un improvisado Carlos Araujo como líbero, el debutante Leandro Cuomo como único volante de marca y con Romero Gamarra y Montenegro como aduana casi obligada del inicio de todos los avances en el centro de la cancha. Asimismo sorprendió con la posición de Lucas Chacana, un “cuatro bis”, que con Villalba en la otra banda  eran atacantes, por lo que Huracán casi se sostenía con dos defensores.

Desde el arranque nomás se vio clara la intención del Globo de ahogar y presionar al rival, pero también se notó, que Anzoátegui es un equipo de dos caras: uno endeble en su sector defensivo, pero hábil e incisivo en los últimos metros de ataque. En ese sentido, fue notable la tarea de Araujo, que varias veces tuvo que cerrar llegadas rivales barriendo toda la última línea con una gran solvencia, haciendo que Gonzalo Marinelli pasará pocos sustos y no tuviera intervenciones importantes a lo largo del juego. Si bien el rival tuvo sus llegadas, éstas no fueron lo profundas para dañar.

En tanto Huracán, esta vez sí fue profundo. Porque constantemente generó el “dos-uno” por las bandas, porque Mendoza y Briasco se debatieron aguantando a los centrales rivales, y porque Montenegro estaba muy claro con los pases y Romero Gamarra encendido encaraba y pasaba rivales siempre para adelante. Incluso el Globo antes de los diez, se perdía una ocasión increíble a centímetros de la línea, cuando Briasco y Mendoza no podían meterla entre un borbollón de piernas rivales.

Así las cosas, cayó el primero a los veintidós minutos. Y fue muy necesario, porque hasta ahí, pasaba lo mismo que en juegos anteriores: Huracán se arrimaba y no convertía. Presión a la defensa rival, la pelota llega a los pies del arquero Velázquez, que se resbala en el momento de pasarla, dejando la bola a merced de Briasco en plena área y en soledad. Con sangre fría, el “20” toca a Alejandro Romero Gamarra, dejando fuera de acción al golero. El “Kaku” remata de zurda a media altura al seguro gol, pero interviene como si fuera arquero, el zaguero Ramírez, no dejando que la pelota ingrese. Ante el claro penal, inmediatamente Diego Mendoza, que venía acompañando la jugada, toca la pelota que había quedado suelta y picando en el área menor a un metro del arco, toca a la red. Típico penal-gol, gol. Uno a cero para Huracán y amonestación para el defensor que jugó a ser arquero.

El juego siguió con la misma tónica, con Huracán atacando sin cesar, más afirmado en el medio con la muy buena labor de Cuomo en ese sentido, y un Anzoátegui más retrasado, que se preocupaba más por defender que acompañar al peligroso Ortíz, cada vez más sólo. Velázquez salvó muy bien el segundo, cuando remató cruzado Montenegro desde dentro del área. Se fue el primer tiempo, con un Huracán esperanzado, pero al que le faltaba bastante trabajo por delante.

Ese trabajo, se solventó casi completo en los diez primeros minutos del segundo tiempo. Ya con Pussetto en cancha por el lesionado Angulo, Huracán fue un aluvión, que “gracias a Dios” encontró la red en dos oportunidades. La primera con complicidad del golero contrario, que poco hizo ante un cabezazo bien ubicado pero débil de Briasco, a centro de Montenegro para el dos a cero. Y la segunda, merced a la incansable labor del mencionado Cuomo, que con sacrificio luchó una pelota en tres cuartos, recibió un rebote en callejón central, y desde fuera del área, veinte metros, despachó una deliciosa y precisa volea para clavarla en el palo lejano de Velázquez que se estiró y no llegó. Tarea inicial cumplida y con 35 minutos por delante, llegar a la igualdad, con el tres a cero decretado.

Y en esa instancia fue que Huracán no se amilanó. Ya que se podía haber retrasado, sintiendo la tarea cumplida y esperar los penales, pero no fue así. Si bien el ritmo bajó, dada la gran intensidad física que le imprimió al juego, continuó con la idea de atacar siempre. Briasco con un remate lejano casi hace el cuarto. Ya González había tomado el lugar de un Montenegro cansado y Toranzo casi en el final, suplantaba a un Cuomo amonestado, como casi ya esperando los penales.

Pero eso no pasó. El rival estaba aprestando al arquero de relevo para esa instancia y llegó la jugada final. El mini milagro del que siempre dependemos. En un avance, Chacana desborda en la derecha y tira un centro cruzado y llovido que Pussetto y Mendoza no pueden conectar y los zagueros contrarios no pueden despejar. Pero al pasar esto, le quedó clarita y en soledad a Alejandro Romero Gamarra, que desde la semana pasada quedó en “estado de gracia”, y sin controlar de lleno le pegó “tres dedos” de zurda y cruzado, incrustando la pelota, para el delirio quemero pleno de lleno contra el lateral interno cercana al segundo palo. Grito desatado, cuatro a cero, sin penales y clasificación abrochada.

No puede haber mejor aperitivo que este paso “milagroso” de fase en la Copa, para la final que el Globo debe jugar el fin de semana en bahía Blanca por su verdadera lucha, que es la de sumar en la liga local de manera de despejar los fantasmas. Seguimos dependiendo de los milagros, siendo lo bueno que al menos, en Huracán los hay.



No hay comentarios:

Publicar un comentario