sábado, 20 de mayo de 2017

Malas decisiones que se pagan

Podría haber sido un punto de inflexión lindo para el cambio del ánimo quemero en general. Pero tras un partido bien jugado por el Globo, un par de malas decisiones y la confusión generaliza tras la desventaja, dejaron a Huracán con las manos vacías una vez más, en el clásico tan esperado. Hermoso marco, una fiesta que no pudo ser completa.





Síntesis


Sábado 13 de mayo de 2017

Primera División  - Fecha 24

Jugado en: Estadio Tomás Ducó – Ciudad Autónoma de Buenos Aires


Huracán 0 – 1 San Lorenzo

Gol:

13 2T 0-1: Marcos Angeleri (SL) de cabeza en el área chica con arco vacío, tras un centro atrás de Cerutti, quien había tomado la bola suelta en el área tras un mal rechazo de un tiro libre.


Árbitro: Fernando Rapallini (mal)

Amonestados: Friztler, Villalba (H) / Mercier, Blandi, Navarro, Belluschi, P. Díaz, Angeleri (SL)


Huracán: Marcos Díaz; Nicolás Romat, Martín Nervo, Mario Risso, Lucas Villalba; Lucio Compagnucci, Matías Fritzler, Mariano González; Daniel Montenegro, Norberto Briasco, Alejandro Romero Gamarra. DT: Juan Azconzábal.


San Lorenzo: Nicolás Navarro; Paulo Díaz, Marcos Angeleri, Matías Caruzzo, Gabriel Rojas; Juan Mercieri, Franco Mussis; Ezequiel Cerutti, Fernando Belluschi, Rubén Botta; Nicolás Blandi. DT: Diego Aguirre.


Cambios: 12 2T Diego Mendoza por Montenegro () / 16 2T Patricio Toranzo por Risso (H) / 28 2T Ezequiel Ávila por Cerutti (SL) / 30 2T Julio Angulo por Compagnucci (H) / 38 2T Leandro Romagnoli por Botta (SL) / 42 2T Fabricio Coloccini por Belluschi (SL)


Figura del partido: Nicolás Navarro (SL)

Figura de Huracán: Matías Fritzler


Todo el marcco estaba dado para vivir una fiesta que se complete para renovar el ánimo de todos. Pero una mala decisión del DT y una jugada fortuita, partieron el trámite del partido en dos, y el Globo nunca más se pudo recuperar.

Del primer tiempo, sólo cabe decir que Fritzler como patrón en la recuperación y en el primer toque, con Compagnucci como “ladero”, tenían la cosa controlada. Montenegro era el que hilvanaba con Mariano González a pleno e inteligente y comenzaban casi todas las de riesgo, combinando con Romero Gamarra; y que los laterales Romat y Villalba eran los “pistones” de un motor que hacía llegar la pelota al área rival. San Lorenzo se plantaba con seis jugadores quietos en un bloque defensivo sin fisuras, y sin escrúpulos, tanto para revolear el balón, como para dar un golpe de más. Sin embargo se les complicaba del medio hacia adelante donde todo dependía de lo que pudiera hacer Cerutti en forma individual, ya que Belluschi parecía aletargado y no tuvo un buen desempeño. No obstante, Blandi siempre es de temer, sobre todo ante la zaga de Nervo y Risso, tan bajos últimamente en lo individual.

Con escenas de riesgo en el área de San Lorenzo, que Huracán no pudo definir por falta de peso ofensivo (los resbalones de un impetuoso Briasco lo denotaban), y pocas en la de Huracán, en donde Marcos Díaz casi no participó, se fue el primer tiempo, sin lograr el objetivo deseado del gol.

Y más aún la cosa pintaba bien, cuando en los diez primeros minutos del segundo tiempo, llegó lo mejor de Huracán, con un Montenegro encendido que tuvo un par de opciones para convertir, destacándose Navarro, el arquero rival para evitarlas. Pero algo extraño pasa en el minuto doce, ya que Azconzabal elige sustituir a uno de los mejores quemeros, Daniel Montenegro, para que ingrese Mendoza, en un intento fútil de obtener potencia en ataque. Trascartón, jugada siguiente, foul necesario de Fritzler en tres cuartos sobre la derecha y sube toda la “armada cabeceadora” rival. Centro que despeja mal Nervo a un costado en el área, la pelota le queda en soledad a Cerutti, que muy inteligente, ante un Marcos Díaz que lo había ido a atorar, y el cruce de Villalba que se le venía encima, en vez de rematar al arco, pensó, levantó la cabeza, y cedió un centro corto a Angeleri, que de cara al arco y sin que un defensor quemero que lo trataba de detener, tocó de cabeza al gol con absoluta comodidad.  Típico baldazo de agua helada, caer en desventaja tras sesenta minutos de dominio, diez de ellos muy concretos.

Minutos después, el DT de Huracán terminó de romper el equipo, haciendo ingresar a Toranzo por Risso. Eso provocó algo peor. Ya no estaba Montenegro, un tipo de los peligrosos en función de ataque. Pero el cambio produjo la “rotura” total del esquema, ya que Fritzler, el mejor, el que compensaba y quitaba, pasó a la zaga, y se perdió su tarea. Toranzo parado en su lugar como lanzador, se equivocó en todas y cada una de sus intervenciones. Con eso, Huracán pasó a ser una suma de voluntades. Más aún cuando el físico iba relegando a los mejores, como el caso de Mariano González, que se diluyó completamente en su cansancio.

De allí hasta el final, el rival solo atinó a hacer tiempo, plantar y apuntalar su sistema defensivo y ver si la pegaba en alguna contra. Eso no lo pudo hacer, pero lo primero sí, cerrando el juego. Huracán desde allí, fue individualismo, con Angulo en cancha más aún. Casi voluntarismo se puede decir. Así las cosas, el partido se fue en el llano de la comodidad de San Lorenzo y el sin sentido de un Huracán que avanzaba sin razón y sin peso. Pudo haber sido al final en un arresto por un cabezazo de Mendoza, pero hasta la suerte faltó a la cita.

Derrota por la mínima, y una fiesta que no pudo ser completa.


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