martes, 28 de febrero de 2017

Comienza 2017. Con la obligación de levantarse y conquistar la ola

Comienza 2017 en materia de fútbol para Huracán. Tarde en el calendario, ya que los dirigentes del fútbol argentino no se ponen en nada de acuerdo. Desde saber quien es el líder, cuáles son sus estatutos, si fundan o no una “súperliga”, que hacen con la televisión y en especial, como se reparten las monedas entre primera, ascenso, interior y toda la estructura de AFA. A todo esto, el Gobierno nacional escapa del “Fútbol para Todos” y deja el tendal de clubes con déficits insostenibles, que contaban con esos ingresos para subsistir.

En medio de tal desmadre, Huracán no es ajeno en su seno interno a los problemas. Luego de un segundo semestre de 2016 desilusionador y preocupante, tiene por delante un 2017 a dos frentes (nacional e internacional), pero que claramente se reducen a un objetivo: mantener la categoría.



Teniendo en cuenta esto, Nadur pareció dar un buen y rápido paso buscándole una primera solución al asunto, cuando a mediados del pasado diciembre, contrató a Juan Manuel Azconzábal como nuevo director técnico del club. Al ex jugador de Estudiantes de la Plata, de 42 años, se lo reconoce como una persona seria, y cuenta con experiencias positivas en el mismo Estudiantes, San Martín de San Juan y particularmente, el último ciclo de dos temporadas en Atlético Tucumán, con el cual logró el ascenso a primera división e inmediatamente, una campaña más que aceptable en la división mayor, que permitió la clasificación histórica a la Copa Libertadores.

Atrás de eso, la dirigencia quemera nuevamente pareció reaccionar rápido, ya que para el inicio de la pretemporada en Mar del Plata, ya el Globo tenía su primer refuerzo, el lateral ex Independiente y Atlético Tucumán Lucas Villalba. No obstante tener tres jugadores en dicho puesto (Garré, Morales y Müller) e improvisar a otros (Luca Sosa o Araujo), la banda izquierda de la defensa fue un talón de Aquiles y viene bien la contratación.

Ahora bien, ya llegado el final de febrero, tras dos meses de gestiones, el pedido o casi ruego del DT, no se cristalizó: la llegada de un delantero central, que cubra las necesidades que Mendoza (bajo nivel tras su accidente), Barrales (de penoso segundo paso por el club), Depetris (con pocas chances y livianito) o Lesman (“pesado” y con falta de profesionalismo), no alcanzan a cumplir. Puede ser que Nadur crea excesivamente en que posee una cuota de suerte adicional a la que ya mostró, o que se guarde una carta en la manga que nos sorprenda. Pero ya fue sencillo razonar para todos nosotros, tras seis meses nefastos, que sin un delantero confiable, “difícil que el chancho chifle”... Se extraña demasiado a Espinoza y en especial a Ramón Ábila, que nos dejó huérfanos de gol.

Dos meses de trabajo lleva el nuevo DT, y los amistosos no han sido del todo malos. El más relevante de ellos, con público, televisación y una copa en juego, fue una extraña derrota 3-4 ante Racing en Avellaneda, en la que errores individuales que costaron goles en contra, derrotaron a una perfomance sólida como equipo y con momentos más que acertados.

Para lo último, dejé la “novela Iritier”. Este chico, de origen humilde y con pocos y buenos minutos en primera, a los 21 años, fue ignorado por mucho tiempo, y mantenido con migajas. Espero su chance, no desentonó, y luego, tras vencer su contrato, se llevó sus “petates” a Estudiantes de La Plata, saliendo la puerta de atrás, tal como siempre lo habían tratado. Hasta ahí, nada que decir de la actitud del chico, que parece “devolver” el trato que le ofrecieron. Pero si es que hubo como parece, declaraciones desafortunadas hacia la institución, allá él....

Luego de un año y medio en la cresta de la ola, nos tocó bajar y golpearnos en el piso nuevamente. 2017 nos entrega la obligación de levantarnos, meternos otra vez en el mar, y surfear la peor de las olas y conquistarla.

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