Con un equipo “remixado”,
mezcla de algunos pocos titulares y los habituales suplentes, Huracán otra vez
no pudo anotar un gol, estableciendo un récord histórico con seis partidos sin
anotar; y encima de eso, tras una distracción defensiva que Racing aprovechó,
se llevó una nueva derrota, la tercera sucesiva en el torneo, frenando el
impulso que llevaba en la suma de puntos. Ahora con tres fechas por jugar, más
que nunca se hace necesario sumar.
Síntesis
Sábado 30 de abril de 2016
Primera División – Transición
2016 – Zona B – Fecha 13
Huracán 0 – 1 Racing
33 1T: Roger Martínez (Rac),
define fuerte abajo sobre un palo entrando al área, tras habilitación de
Pereyra.
Árbitro: Germán
Delfino (mal)
Amonestados: Leandro
Díaz, Marcos Díaz (H) / Cabral, Camacho (Rac)
Expulsados: 2 2T
Roger Martínez (Rac) / 47 2T Yonathan Cabral (Rac)
Huracán: Marcos
Díaz; Carlos Araujo, Martín Nervo, Mario Risso, Luca Sosa; Lucas Villarruel,
Leandro Díaz; Cristian Espinoza, Alejandro Romero Gamarra, Lucas Chacana;
Ezequiel Miralles. DT: Eduardo Domínguez.
Racing: Nelson
Ibañez; Gastón Díaz, Miguel Barbieri, Yonathan Cabral, Germán Voboril; Rodrigo
De Paul, Federico Vismara, Washington Camacho, Facundo Pereyra; Diego Milito,
Roger Martínez. DT: Facundo Sava.
Cambios: 7 2T Tomás Molina por Leandro Díaz
(H) / 15 2T Mauro Bogado por Villarruel (H) / 22 2T Mariano González por Sosa
(H) / 26 2T Lucas Bareiro por De Paul (Rac) / 34 2T Lautaro Martínez por Milito
(Rac) / 42 2T Gastón Campi por Pereyra (Rac).
Figura del partido: Facundo Pereyra (Rac)
Figura de Huracán: Marcos Díaz
Esta vez, Eduardo Domínguez
decidió parar a parte de sus jugadores y darles descanso, dado el viaje y el
gran compromiso que se viene ante Atlético Nacional. El re – debut de Leandro
Díaz, y la presencia de Marcos Díaz, Nervo y Espinoza, eran las novedades.
Racing en tanto, cambiaba sus once jugadores, incluyendo a Federico Vismara que
volvía a la Quema y Diego Milito entre otros, preparando su viaje a Brasil,
para jugarse también el pase en la Copa ante Atlético Mineiro.
En los primeros minutos, si
bien el avance fue de Racing con Milito, de inmediato Miralles se mandó una
corrida de casi sesenta metros, dejando rivales por el camino, diluyéndose en
el área, cuando su centro atrás quedó corto, tras el esfuerzo realizado. Ese
era el condimento de Huracán, correr detrás de la pelota, en tanto el visitante
descansaba en el talento del nombrado Milito, y en la gambeta y velocidad de
Facundo Pereyra. Una escapada de Milito, puso en jaque a Marcos Díaz que
resolvió y desactivó el peligro.
Luego, en un juego que se
hacía de ida y vuelta, Huracán tuvo dos chances más, cuando Ibáñez salvó bien
un remate de Romero Gamarra, y cuando Miralles cabeceó muy mal en franca
posición de gol, un excelente centro a la carrera de Espinoza. El vértigo del
Globo empujaba a la “academia” cerca de su arquero, pero cuando mejor “se ponía
la cosa”, Racing tuvo su chance y no la desperdició.
Pasados los treinta, Marcos
Díaz ejecuta un saque de arco, de mala manera a los pies de Vismara en el
círculo central. El despeje de la “Bruja”, lo devuelve en floja manera Risso
con un cabezazo, que le cae al muslo a Milito, quien pasa así a Pereyra. Este
delantero, a la carera, le pone el balón filtrado al pique del colombiano Roger
Martínez, que no se apuró y al pisar el área, midió un pelotazo cruzado, fuerte
y bajo, que dejó sin asunto a la salida de Díaz. Otra vez una desconcentración
propia es la base de un gol ajeno.
Si bien a partir de esto, el
Globo trató de salir, se notó fuerte la falta de argumentos, más allá de la
velocidad o las ganas. Miralles no es Ábila, Villarruel y Leandro Díaz no
surten el efecto de Fritzler y Bogado, y menos aún Chacana se puede entender
con Espinoza o Romero Gamarra como lo hace Montenegro. Aún así, Huracán antes
del cierre de la etapa tuvo el empate, pero a Miralles nunca le bajó la pelota
y demoró demasiado en definir.
El segundo tiempo, se mantuvo
con la tónica de un Huracán que buscaba sin ideas y un Racing tratando de manejar
el balón, pero al segundo minuto, el mismo autor del gol, Martínez le pone un
planchazo fiero a Araujo y se va expulsado, haciendo que su equipo, casi de
forma inconsciente, se retrase a partir de allí en el campo de juego. Domínguez
enseguida metió mano, y sacó al único amonestado, Leandro Díaz (de correcto
desempeño), para poner en cancha al pibe Molina como doble centrodelantero.
Poco rato después Bogado
ingresó para buscar dinámica, y luego Mariano González, buscando hilvanar
combinaciones de ataque. Huracán trasladaba la pelota hasta el borde del área
rival, la movía de un lado a otro, pero no era profundo. Quedaba claro que así,
alguna chance de contra el visitante encontraría, y fue así como Pereyra,
solito entre todos, generó un remate que hizo lucir en dos tiempos a Marcos
Díaz, en una salvada para el recuerdo.
Sobre la media hora y tras
mucho trajinar, el grito de gol quedó atragantado cuando Chacana, por el
segundo palo, pero en posición adelantada, ponía en la red un centro más de
Espinoza. Y pocos minutos después, Bogado estuvo muy cerca, con un terrible
pelotazo de treinta metros, que se estrelló en el ángulo entre poste y
travesaño más lejano de Ibáñez, que asistía mirando como se salvaba su equipo.
Sumando otra chance clara, Tomás Molina lo tuvo ante la salida de Ibáñez, pero
su buena definición la sacó el uno con la punta de sus dedos.
Racing no se quedaba atrás, y
con sus jugadores de sobrada clase, como Milito y Vismara, más el siempre
peligroso Pereyra, trataba de descansar la pelota, sosteniendo los embates de
un Huracán insistente, pero carente de efectos. Así, con Huracán en modo “a la
carga Barracas”, los últimos quince s fueron sin encontrar el resquicio o la
falla del rival. La última se la “morfó” Chacana, con un cabezazo que en óptima
posición de gol, despilfarró. No sirvió de nada, que Racing en el adicional
perdiera otro jugador por expulsión, el reloj siguió corriendo y el juego
finalizó.
Derrota, la tercera al hilo y
ya, en un hecho sin precedentes, seis partidos sin anotar. La zanahoria está
puesta delante de los ojos, y es en Colombia. Si algo tiene este grupo, es
confianza, que es lo que ahora, para el próximo duelo, no puede faltar.
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