lunes, 2 de mayo de 2016

Extrañando al gol

Con un equipo “remixado”, mezcla de algunos pocos titulares y los habituales suplentes, Huracán otra vez no pudo anotar un gol, estableciendo un récord histórico con seis partidos sin anotar; y encima de eso, tras una distracción defensiva que Racing aprovechó, se llevó una nueva derrota, la tercera sucesiva en el torneo, frenando el impulso que llevaba en la suma de puntos. Ahora con tres fechas por jugar, más que nunca se hace necesario sumar.





Síntesis


Sábado 30 de abril de 2016

Primera División – Transición 2016 – Zona B – Fecha 13


Huracán 0 – 1 Racing

33 1T: Roger Martínez (Rac), define fuerte abajo sobre un palo entrando al área, tras habilitación de Pereyra.


Árbitro: Germán Delfino (mal)

Amonestados: Leandro Díaz, Marcos Díaz (H) / Cabral, Camacho (Rac)

Expulsados: 2 2T Roger Martínez (Rac) / 47 2T Yonathan Cabral (Rac)


Huracán: Marcos Díaz; Carlos Araujo, Martín Nervo, Mario Risso, Luca Sosa; Lucas Villarruel, Leandro Díaz; Cristian Espinoza, Alejandro Romero Gamarra, Lucas Chacana; Ezequiel Miralles. DT: Eduardo Domínguez.

Racing: Nelson Ibañez; Gastón Díaz, Miguel Barbieri, Yonathan Cabral, Germán Voboril; Rodrigo De Paul, Federico Vismara, Washington Camacho, Facundo Pereyra; Diego Milito, Roger Martínez. DT: Facundo Sava.


Cambios: 7 2T Tomás Molina por Leandro Díaz (H) / 15 2T Mauro Bogado por Villarruel (H) / 22 2T Mariano González por Sosa (H) / 26 2T Lucas Bareiro por De Paul (Rac) / 34 2T Lautaro Martínez por Milito (Rac) / 42 2T Gastón Campi por Pereyra (Rac).


Figura del partido: Facundo Pereyra (Rac)

Figura de Huracán: Marcos Díaz



Esta vez, Eduardo Domínguez decidió parar a parte de sus jugadores y darles descanso, dado el viaje y el gran compromiso que se viene ante Atlético Nacional. El re – debut de Leandro Díaz, y la presencia de Marcos Díaz, Nervo y Espinoza, eran las novedades. Racing en tanto, cambiaba sus once jugadores, incluyendo a Federico Vismara que volvía a la Quema y Diego Milito entre otros, preparando su viaje a Brasil, para jugarse también el pase en la Copa ante Atlético Mineiro.

En los primeros minutos, si bien el avance fue de Racing con Milito, de inmediato Miralles se mandó una corrida de casi sesenta metros, dejando rivales por el camino, diluyéndose en el área, cuando su centro atrás quedó corto, tras el esfuerzo realizado. Ese era el condimento de Huracán, correr detrás de la pelota, en tanto el visitante descansaba en el talento del nombrado Milito, y en la gambeta y velocidad de Facundo Pereyra. Una escapada de Milito, puso en jaque a Marcos Díaz que resolvió y desactivó el peligro.

Luego, en un juego que se hacía de ida y vuelta, Huracán tuvo dos chances más, cuando Ibáñez salvó bien un remate de Romero Gamarra, y cuando Miralles cabeceó muy mal en franca posición de gol, un excelente centro a la carrera de Espinoza. El vértigo del Globo empujaba a la “academia” cerca de su arquero, pero cuando mejor “se ponía la cosa”, Racing tuvo su chance y no la desperdició.

Pasados los treinta, Marcos Díaz ejecuta un saque de arco, de mala manera a los pies de Vismara en el círculo central. El despeje de la “Bruja”, lo devuelve en floja manera Risso con un cabezazo, que le cae al muslo a Milito, quien pasa así a Pereyra. Este delantero, a la carera, le pone el balón filtrado al pique del colombiano Roger Martínez, que no se apuró y al pisar el área, midió un pelotazo cruzado, fuerte y bajo, que dejó sin asunto a la salida de Díaz. Otra vez una desconcentración propia es la base de un gol ajeno.

Si bien a partir de esto, el Globo trató de salir, se notó fuerte la falta de argumentos, más allá de la velocidad o las ganas. Miralles no es Ábila, Villarruel y Leandro Díaz no surten el efecto de Fritzler y Bogado, y menos aún Chacana se puede entender con Espinoza o Romero Gamarra como lo hace Montenegro. Aún así, Huracán antes del cierre de la etapa tuvo el empate, pero a Miralles nunca le bajó la pelota y demoró demasiado en definir.

El segundo tiempo, se mantuvo con la tónica de un Huracán que buscaba sin ideas y un Racing tratando de manejar el balón, pero al segundo minuto, el mismo autor del gol, Martínez le pone un planchazo fiero a Araujo y se va expulsado, haciendo que su equipo, casi de forma inconsciente, se retrase a partir de allí en el campo de juego. Domínguez enseguida metió mano, y sacó al único amonestado, Leandro Díaz (de correcto desempeño), para poner en cancha al pibe Molina como doble centrodelantero.

Poco rato después Bogado ingresó para buscar dinámica, y luego Mariano González, buscando hilvanar combinaciones de ataque. Huracán trasladaba la pelota hasta el borde del área rival, la movía de un lado a otro, pero no era profundo. Quedaba claro que así, alguna chance de contra el visitante encontraría, y fue así como Pereyra, solito entre todos, generó un remate que hizo lucir en dos tiempos a Marcos Díaz, en una salvada para el recuerdo.

Sobre la media hora y tras mucho trajinar, el grito de gol quedó atragantado cuando Chacana, por el segundo palo, pero en posición adelantada, ponía en la red un centro más de Espinoza. Y pocos minutos después, Bogado estuvo muy cerca, con un terrible pelotazo de treinta metros, que se estrelló en el ángulo entre poste y travesaño más lejano de Ibáñez, que asistía mirando como se salvaba su equipo. Sumando otra chance clara, Tomás Molina lo tuvo ante la salida de Ibáñez, pero su buena definición la sacó el uno con la punta de sus dedos.

Racing no se quedaba atrás, y con sus jugadores de sobrada clase, como Milito y Vismara, más el siempre peligroso Pereyra, trataba de descansar la pelota, sosteniendo los embates de un Huracán insistente, pero carente de efectos. Así, con Huracán en modo “a la carga Barracas”, los últimos quince s fueron sin encontrar el resquicio o la falla del rival. La última se la “morfó” Chacana, con un cabezazo que en óptima posición de gol, despilfarró. No sirvió de nada, que Racing en el adicional perdiera otro jugador por expulsión, el reloj siguió corriendo y el juego finalizó.

Derrota, la tercera al hilo y ya, en un hecho sin precedentes, seis partidos sin anotar. La zanahoria está puesta delante de los ojos, y es en Colombia. Si algo tiene este grupo, es confianza, que es lo que ahora, para el próximo duelo, no puede faltar.

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