Teniendo
en cuenta el trajín que partido tras partido tiene nuestro corto plantel, la
“semana de los clásicos” le pasó factura al Globo, que en un partido parejo,
con dominio cambiante, cayó ante San Lorenzo como visitante por 1 a 0. Un error
arbitral decisivo, y otro propio en la jugada del gol rival, nos dejaron con
las manos vacías. Pero el Globo no negocia la actitud, y buscó y mereció el
empate, hasta el final.
Síntesis
Sábado
23 de abril de 2016
Primera
División – Transición 2016 – Zona B – Fecha 12
San Lorenzo 1 – 0 Huracán
15
2T: Federico Mancinelli en contra (SL), al intentar despejar un buen toque –
centro atrás de Barrientos, tras buena habilitación de Ortigoza. Luego de
ingresar, empuja Blandi.
Árbitro: Jorge Baliño (muy mal)
Incidencia: 35 2T Néstor Ortigoza remató desviado un penal
Amonestados: Mercier, Mussis, Buffarini, Blanco, Cerutti (SL) / Bogado,
San Román, Balbi (H)
San Lorenzo: Sebastián Torrico; Julio Buffarini, Marcos Angeleri,
Matías Caruzzo, Emanuel Más; Franco Mussis, Juan Mercier, Néstor Ortigoza;
Ezequiel Cerutti, Nicolás Blandi, Sebastián Blanco. DT: Pablo Guede
Huracán: Marcos Díaz; José San Román, Martín Nervo, Federico
Mancinelli, Luciano Balbi; Lucas Villarruel, Mauro Bogado; Mariano González,
Alejandro Romero Gamarra, Lucas Chacana; Ramón Ábila. DT: Eduardo Domínguez.
Cambios: 13 2T Pablo Barrientos por Mussis
(SL) / 17 2T Cristian Espinoza por Villarruel (H) / 20 2T Martín Cauteruccio
por Blandi (SL) / 26 2T Ezequiel Miralles por González (H) / 27 2T Paulo Díaz
por Blanco (SL).
Figura
del partido: Juan
Mercier (SL)
Figura
de Huracán: Federico
Mancinelli
A
pesar de la mochila de la carga de partidos, y con bajas importantes respecto a
juegos pasados (Fritzler y Montenegro sobre todo), el cuadro de Eduardo
Domínguez le puso pimienta de entrada nomás, al clásico más porteño de todos.
Antes de los veinticinco segundos, el Globo sorprendía a todos, cuando Ábila
controló un pase a la carrera, y rápido cedió hacia el medio a Mariano González
que se había desprendido de su marca. El “15”, desde el borde del área sacó un
buen derechazo a colocar, que dejaba sin chances a Torrico, pero que se fue
apenas ancho, y pegó contra el lateral de la red.
Mayor
fue la sorpresa en el minuto nueve. El mismo González, recibe un rebote de un
despeje, pocos metros atrás del vértice derecho del área grande de San Lorenzo,
y saca un antológico remate de volea, que pega de lleno en el travesaño del
arco de Torrico, y pica con violencia detrás de la estirada del arquero. Es
necesaria la tecnología para determinar si fue gol o no, es decir, si la pelota
en su pique, transpuso totalmente la línea. En primera instancia, el golpe de
vista nos dice que sí. Pero varias tomas de la TV después, nos muestran desde
el lateral, que tal vez un gajo del balón hizo contacto con la cal. Opinión
personal: creo que tocó la línea, pero que si esto pasaba en nuestro arco, el
referí no dudaba y daba gol. Ahora me pregunto, ¿para qué tanto árbitro
asistente, al borde la raya? Inútiles todos.
La
tónica de “un buen Huracán” se sostuvo casi por media hora, ya con menos
llegadas, pero sin que San Lorenzo lo preocupara en defensa, y con un ataque
que se liberaba rápido. Pero tras ese lapso, la intensidad quemera bajó, y el
local fue emparejando las acciones, pero sin acciones de riesgo. Si lo tuvo
Huracán, cuando lo trabaron justo a Romero Gamarra ante de rematar. En
definitiva la etapa fue pareja, pero inclinada para el lado del Globo.
Si
bien la primera acción de riesgo de la segunda parte fue para Huracán, con un
centro que Nervo peinó y que Chacana no pudo conectar, fueron los “cuervos”
quienes adelantaron las líneas y obligaron al Globo a retrasarse y a pararse en
“modo contragolpe”. Llegados los diez, tuvo la primera opción clara el local,
con un cabezazo pleno de Caruzzo, que Marcos Díaz rechazó con rebote largo. Y
llegado los quince, llegó San Lorenzo a la ventaja, cuando dominaba, pero no
sabía cómo concretarlo. Una mala salida de Nervo, que con tiempo y espacio
regala la pelota, deriva en un control de Ortigoza, que al borde del área le
filtra el balón al fondo, al recién ingresado Barrientos, con todo Huracán mal
parado. Este jugador pone un buen toque hacia el medio del área, donde
Mancinelli en su afán de despejar, y ante un Díaz que quedaba fuera de acción,
pone la pelota dentro del arco, para que Blandi llegue de arremetida y la
empuje ya dentro, adjudicándose el gol.
Enseguida
Huracán se paró distinto, y tuvo el empate con un cabezazo de Ábila tras buen
centro de Romero Gamarra, que el nueve desperdicia teniendo tiempo para hacerlo
mejor. Al rato, el DT del Globo promovía cambios, mandando a Espinoza y
Miralles, y haciendo que Huracán se adelante. Además, el DT de San Lorenzo,
extrañamente retrasaba a su equipo, cambiando defensor por delantero, por lo
que los últimos quince o veinte minutos todo el control fue de Huracán. Y la
gran chance estuvo, ya que Ábila tras un centro de Espinoza y a pesar de los
recaudos locales, apareció solo y con una tijera “estrambótica” desperdició la
más clara de todo el juego.
En
uno de los avances perdidos, San Lorenzo encontró la chance de aumentar, por
una mano “zonza” de Bogado dentro del área, que de casualidad no derivó en su
expulsión, y que se convirtió en penal, que, en otra sorpresa más, dada su gran
efectividad, Ortigoza mandó al travesaño del arco de Marcos Díaz. Luego de
esto, y más aún, Huracán arremetió. Pronto tuvo, de parte del referí, la clara
muestra que el Globo no podía obtener un resultado positivo. Ábila le gana la
posición a Caruzzo en el área, y cuando se acomodaba para rematar, el central
lo toca de atrás, en clara infracción para penal, que el árbitro y sus mil
asistentes, decidieron ignorar. Sobre el final, lo tuvo Mancinelli, que no pudo
rematar con fuerza desde el borde del área, cuando tenía tiempo y espacio para
hacerlo mejor. Esa fue la última, y los puntos que se escapan como agua entre
los dedos…
Queda
claro, que existen un cúmulo de errores arbitrales en los últimos partidos, y
que la agenda “cargada” pasa factura al físico, con lesionados que se hacen
fundamentales por no tener reemplazos que funcionen. Pero si algo no hay que
criticar, es que este equipo siempre deja todo, no reniega de la actitud y no
da por perdidos los encuentros, hasta no perder la última gota de sudor. Y eso
los hace mejores como grupo, y nos genera una mística, difícil de encontrar en
otros grupos en los últimos años de historia en el club.
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