Pocas veces Huracán intentó
tanto y no se le dio, aunque el final del partido, le pudo haber dado todo o
dejarlo sin nada. El Globo no pudo vencer a Peñarol en casa, un poco por la
falta de puntería propia y otro poco por la extraordinaria faena del arquero
rival, Guruceaga. Fue un 0 a 0 que de todos modos le permite al conjunto de
Domínguez, depender de si mismo, ya que con un resultado positivo en su visita
a Medellín, habrá obtenido el pase a octavos de final.
Aunque bien sabemos que a
Huracán, depender de si mismo, no es lo que mejor le queda...
Síntesis
Martes 12 de abril de 2016
Copa Libertadores 2016 –
Grupo 4 – Fecha 5
Huracán 0 – 0 Peñarol (Uruguay)
Árbitro: Omar
Ponce – Ecuador – (muy mal)
Amonestados: Fritzler
(H) / Olivera (P)
Expulsado: 22 1T Nahitán Nández (P)
Huracán: Marcos Díaz; José San Román, Martín
Nervo, Federico Mancinelli, Luciano Balbi; Matías Fritzler, Mauro Bogado;
Mariano González, Daniel Montenegro, Alejandro Romero Gamarra; Ramón Ábila. DT:
Eduardo Domínguez.
Peñarol (Uruguay): Gastón Guruceaga; Matías Aguirregaray, Carlos Valdez,
Maximiliano Olivera, Diogo Silvestre; Nahitán Nández, Marcel Mnovick, Nicolás
Albarracín, Diego Forlán; Cristian Palacios, Miguel Murillo. DT: Jorge Da
Silva.
Cambios: 27 1T Tomás Costa por Albarracín
(P) / 17 2T Ezequiel Miralles por Balbi (H) / 33 2T Hernán Novick por Palacios
(P) / 38 2T Mauricio Affonso por Murillo (P) / 39 2T Lucas Chacana por Romero
Gamarra (H).
Figura del partido: Gastón Guruceaga (P)
Figura de Huracán: Matías Fritzler
Con lo mejor que tiene
Eduardo Domínguez plantó su equipo ante un Peñarol, que venía a jugarse la
última carta, de lo que fue una flojísima intervención en esta Copa
Libertadores. En las primeras acciones, se notó que a Huracán le costaba
demasiado hacerse de la pelota, y Ábila aparecía solitario entre los defensores
rivales sin entrar en juego, por ende, sin crear Huracán riesgo alguno.
Tal es así, que la primera
fue para Peñarol, que trató de hacer pie y de entrada imponer condiciones. Un
buen pase entre líneas de Palacios, lo encuentra a Forlán solo metido en el
área, pero no logra acomodarse para rematar, y Marcos Díaz, en gran esfuerzo,
lo bloquea y le quita el balón en el momento justo. Sin que mediare mucho más
en el juego, a los veintidós minutos, en la lucha de la mitad de la cancha el
volante rival Nández, le aplica terrible patadón – pisotón a Bogado, que de
milagro no lo lastimó, y que el árbitro vio justo, para intervenir de forma
correcta y expulsar al jugador de Peñarol.
Se puede decir que esa jugada
fue un punto de inflexión en el partido, ya que Peñarol, cuyo único objetivo
era la victoria, debió rearmarse, y lentamente resignar juego ofensivo, aunque
lo tuvo en una incursión de Diogo, que Díaz tapó sobriamente. Huracán, ya sobre
el final del la etapa, comenzaba a ser más incisivo, los volantes empezaron a
llegar y crear riesgo (un remate que se va cerca de Bogado y un centro – remate
de Montenegro), aunque Ábila seguía enredado en la marca rival. Un rato antes
del cierre de la etapa, el referí no consideró penal, una mano alevosa de
Marcel Novick desviando una pelota que llevaba riesgo al arco de Guruceaga.
Comenzada la segunda parte,
quedó claro que el partido cambiaría aún más y así fue, ya que Huracán se hizo
dueño absoluto y comenzaron, a partir de los quince minutos, a llegar una
lluvia de ocasiones que una tras otra, el Globo falló al definir o que
Guruceaga intervino y salvó. El Globo fue vertiginoso, poco ordenado, pero
convincente. A ver: 1) Miralles (que ingresó por Balbi), remató a un rincón,
débil, que el arquero sacó con un pie; 2) luego de un ida y vuelta con rebotes
en el área, la pelota le cayó a Bogado que desde lejos hizo volar a Guruceaga;
3) una pelota filtrada al área, al segundo palo, encontró la arremetida de San
Román, que tocó con lo justo al gol, Guruceaga logró tapar, pero el rebote le
quedó a Mariano González que sesgado no pudo definir; 4) luego la jugada más
increíble: un tiro libre de Bogado, fue tremendo al primer palo, Guruceaga
salvó justo con rebote, en segunda jugada tomó Nervo al arco, otra vez
Guruceaga, y cuando parecía que Mancinelli la embocaba finalmente, otra vez
tapó Guruceaga, en una triple salvada sensacional; 5) la pelota le quedó a
Miralles tras un rebote, solo en el área, y otra vez salvó Guruceaga; 6) una
media vuelta en el área chica de Romero Gamarra salió desviada por poco; 7) una
combinación entre Ábila y Miralles, que este último remata y salva otra vez
Guruceaga.
Siete para contar, una de ellas
triple, todas jugadas en la que Huracán estuvo clarísimo al borde del gol, en
un lapso de veinte minutos. En total fueron más de treinta ocasiones, ante un
Peñarol que no lograba retener el balón, y solo un par de veces pudo llegar al
área de Díaz.
Pero el partido, entrado en
los minutos de adición, nos iba a trastocar los corazones con una andanada de
emociones que una tras otra se desataron como vendaval en un par de minutos.
Podrían haberle dado el triunfo a Huracán, o llevarlo a una derrota que lo
dejara sin nada.
Montenegro engancha de la
izquierda al medio cerca del área, y suelta un derechazo, que se clava a media
altura del poste de la mano derecha de un Guruceaga, que nada hacía. Un grito
loco de gol estalló en el estadio y en cada alma quemera, era triunfo y
clasificación. Pero el línea del otro lado, advirtió una posición de adelanto
de Ábila, que se interponía entre la pelota y la valla de Peñarol, que podría
haber obstaculizado la visión del arquero visitante. Así llegó el aviso, y el árbitro
anuló la conquista.
Nadie entendía nada, pero la
montaña rusa no paraba. En la acción siguiente, y con el Globo mal parado, la
contra le quedó al ingresado Hernán Novick, que definió bien a un palo, pero se
encontró con una respuesta tremenda de Marcos Díaz que mandó al córner. Ese
córner, bien ejecutado, llegó al área menor, donde solos completamente, otro
ingresado, el muy alto Affonso y el propio arquero Guruceaga, saltaban buscando
el gol que les de vida, en lucha encarnizada con Marcos Díaz que se jugó todo.
El uno quemero cayó, empujado por los rivales, por lo que, ante las protestas
airadas visitantes, la pelota que había caído en la red del Globo, no fue gol.
Pero la cosa seguía, ya que
la salida de esa falta, fue una contra de Huracán ante una valla sin arquero,
que pasada la mitad de la cancha Ábila resolvió pésimo con el rival casi
entregado a matar o morir. Tan es así, que en el último suspiro, se lo perdió
otra vez el mismo Novick, al querer pasar la pelota en vez de patear al arco,
con la defensa del Globo desarmarada.
Allí el silbato dio el final,
la montaña rusa paró, y casi todos los jugadores de los dos equipos se fueron
sobre la humanidad del árbitro Ponce, que trataba de escapar de los mas
enloquecidos, sobretodo los players de Peñarol.
Final, y aún quedo incrédulo
que un partido así no haya tenido goles. Para Huracán la desazón de no poder
sellar el boleto de pase de ronda, y para Peñarol, la eliminación que los deja
sin nada.
Queda esperar a la última
fecha, donde Huracán debe valerse de sus armas para enfrentar al mejor equipo
de todo el torneo, el hasta acá infalible Atlético Nacional de Medellín, y
sacar el punto que le falta. Del otro lado, su rival es Sporting Cristal, que
deberá buscar una victoria, lo más holgada que pueda, en Montevideo, ante un
Peñarol eliminado, que creo no se la hará fácil. Las cartas están echadas. En
una semana veremos que sucede.
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