sábado, 16 de abril de 2016

Cuando no se puede, no se puede...

Pocas veces Huracán intentó tanto y no se le dio, aunque el final del partido, le pudo haber dado todo o dejarlo sin nada. El Globo no pudo vencer a Peñarol en casa, un poco por la falta de puntería propia y otro poco por la extraordinaria faena del arquero rival, Guruceaga. Fue un 0 a 0 que de todos modos le permite al conjunto de Domínguez, depender de si mismo, ya que con un resultado positivo en su visita a Medellín, habrá obtenido el pase a octavos de final.

Aunque bien sabemos que a Huracán, depender de si mismo, no es lo que mejor le queda...




Síntesis


Martes 12 de abril de 2016

Copa Libertadores 2016 – Grupo 4 – Fecha 5


Huracán 0 – 0 Peñarol (Uruguay)



Árbitro: Omar Ponce – Ecuador – (muy mal)


Amonestados: Fritzler (H) / Olivera (P)

Expulsado: 22 1T Nahitán Nández (P)


Huracán: Marcos Díaz; José San Román, Martín Nervo, Federico Mancinelli, Luciano Balbi; Matías Fritzler, Mauro Bogado; Mariano González, Daniel Montenegro, Alejandro Romero Gamarra; Ramón Ábila. DT: Eduardo Domínguez.

Peñarol (Uruguay): Gastón Guruceaga; Matías Aguirregaray, Carlos Valdez, Maximiliano Olivera, Diogo Silvestre; Nahitán Nández, Marcel Mnovick, Nicolás Albarracín, Diego Forlán; Cristian Palacios, Miguel Murillo. DT: Jorge Da Silva.


Cambios: 27 1T Tomás Costa por Albarracín (P) / 17 2T Ezequiel Miralles por Balbi (H) / 33 2T Hernán Novick por Palacios (P) / 38 2T Mauricio Affonso por Murillo (P) / 39 2T Lucas Chacana por Romero Gamarra (H).


Figura del partido: Gastón Guruceaga (P)

Figura de Huracán: Matías Fritzler


Con lo mejor que tiene Eduardo Domínguez plantó su equipo ante un Peñarol, que venía a jugarse la última carta, de lo que fue una flojísima intervención en esta Copa Libertadores. En las primeras acciones, se notó que a Huracán le costaba demasiado hacerse de la pelota, y Ábila aparecía solitario entre los defensores rivales sin entrar en juego, por ende, sin crear Huracán riesgo alguno.

Tal es así, que la primera fue para Peñarol, que trató de hacer pie y de entrada imponer condiciones. Un buen pase entre líneas de Palacios, lo encuentra a Forlán solo metido en el área, pero no logra acomodarse para rematar, y Marcos Díaz, en gran esfuerzo, lo bloquea y le quita el balón en el momento justo. Sin que mediare mucho más en el juego, a los veintidós minutos, en la lucha de la mitad de la cancha el volante rival Nández, le aplica terrible patadón – pisotón a Bogado, que de milagro no lo lastimó, y que el árbitro vio justo, para intervenir de forma correcta y expulsar al jugador de Peñarol.

Se puede decir que esa jugada fue un punto de inflexión en el partido, ya que Peñarol, cuyo único objetivo era la victoria, debió rearmarse, y lentamente resignar juego ofensivo, aunque lo tuvo en una incursión de Diogo, que Díaz tapó sobriamente. Huracán, ya sobre el final del la etapa, comenzaba a ser más incisivo, los volantes empezaron a llegar y crear riesgo (un remate que se va cerca de Bogado y un centro – remate de Montenegro), aunque Ábila seguía enredado en la marca rival. Un rato antes del cierre de la etapa, el referí no consideró penal, una mano alevosa de Marcel Novick desviando una pelota que llevaba riesgo al arco de Guruceaga.

Comenzada la segunda parte, quedó claro que el partido cambiaría aún más y así fue, ya que Huracán se hizo dueño absoluto y comenzaron, a partir de los quince minutos, a llegar una lluvia de ocasiones que una tras otra, el Globo falló al definir o que Guruceaga intervino y salvó. El Globo fue vertiginoso, poco ordenado, pero convincente. A ver: 1) Miralles (que ingresó por Balbi), remató a un rincón, débil, que el arquero sacó con un pie; 2) luego de un ida y vuelta con rebotes en el área, la pelota le cayó a Bogado que desde lejos hizo volar a Guruceaga; 3) una pelota filtrada al área, al segundo palo, encontró la arremetida de San Román, que tocó con lo justo al gol, Guruceaga logró tapar, pero el rebote le quedó a Mariano González que sesgado no pudo definir; 4) luego la jugada más increíble: un tiro libre de Bogado, fue tremendo al primer palo, Guruceaga salvó justo con rebote, en segunda jugada tomó Nervo al arco, otra vez Guruceaga, y cuando parecía que Mancinelli la embocaba finalmente, otra vez tapó Guruceaga, en una triple salvada sensacional; 5) la pelota le quedó a Miralles tras un rebote, solo en el área, y otra vez salvó Guruceaga; 6) una media vuelta en el área chica de Romero Gamarra salió desviada por poco; 7) una combinación entre Ábila y Miralles, que este último remata y salva otra vez Guruceaga.

Siete para contar, una de ellas triple, todas jugadas en la que Huracán estuvo clarísimo al borde del gol, en un lapso de veinte minutos. En total fueron más de treinta ocasiones, ante un Peñarol que no lograba retener el balón, y solo un par de veces pudo llegar al área de Díaz.

Pero el partido, entrado en los minutos de adición, nos iba a trastocar los corazones con una andanada de emociones que una tras otra se desataron como vendaval en un par de minutos. Podrían haberle dado el triunfo a Huracán, o llevarlo a una derrota que lo dejara sin nada.

Montenegro engancha de la izquierda al medio cerca del área, y suelta un derechazo, que se clava a media altura del poste de la mano derecha de un Guruceaga, que nada hacía. Un grito loco de gol estalló en el estadio y en cada alma quemera, era triunfo y clasificación. Pero el línea del otro lado, advirtió una posición de adelanto de Ábila, que se interponía entre la pelota y la valla de Peñarol, que podría haber obstaculizado la visión del arquero visitante. Así llegó el aviso, y el árbitro anuló la conquista.

Nadie entendía nada, pero la montaña rusa no paraba. En la acción siguiente, y con el Globo mal parado, la contra le quedó al ingresado Hernán Novick, que definió bien a un palo, pero se encontró con una respuesta tremenda de Marcos Díaz que mandó al córner. Ese córner, bien ejecutado, llegó al área menor, donde solos completamente, otro ingresado, el muy alto Affonso y el propio arquero Guruceaga, saltaban buscando el gol que les de vida, en lucha encarnizada con Marcos Díaz que se jugó todo. El uno quemero cayó, empujado por los rivales, por lo que, ante las protestas airadas visitantes, la pelota que había caído en la red del Globo, no fue gol.

Pero la cosa seguía, ya que la salida de esa falta, fue una contra de Huracán ante una valla sin arquero, que pasada la mitad de la cancha Ábila resolvió pésimo con el rival casi entregado a matar o morir. Tan es así, que en el último suspiro, se lo perdió otra vez el mismo Novick, al querer pasar la pelota en vez de patear al arco, con la defensa del Globo desarmarada.

Allí el silbato dio el final, la montaña rusa paró, y casi todos los jugadores de los dos equipos se fueron sobre la humanidad del árbitro Ponce, que trataba de escapar de los mas enloquecidos, sobretodo los players de Peñarol.

Final, y aún quedo incrédulo que un partido así no haya tenido goles. Para Huracán la desazón de no poder sellar el boleto de pase de ronda, y para Peñarol, la eliminación que los deja sin nada.

Queda esperar a la última fecha, donde Huracán debe valerse de sus armas para enfrentar al mejor equipo de todo el torneo, el hasta acá infalible Atlético Nacional de Medellín, y sacar el punto que le falta. Del otro lado, su rival es Sporting Cristal, que deberá buscar una victoria, lo más holgada que pueda, en Montevideo, ante un Peñarol eliminado, que creo no se la hará fácil. Las cartas están echadas. En una semana veremos que sucede.


No hay comentarios:

Publicar un comentario