martes, 23 de febrero de 2016

Huracán de los milagros (2): salvar la vida

Ya pasaron doce días.

Y varios quemeros aún asistimos incrédulos.

El mediodía de Buenos Aires, caluroso e impasivo, nos traía una noticia.




Era 10 de febrero, y la delegación de Huracán, transitaba el camino desde el hotel hasta el aeropuerto de Caracas para el regreso. Casi 35 personas en el micro, entre jugadores, cuerpo técnico, médico, dirigentes y algún que otro “colado”. A poco más de un kilómetro para llegar, el chofer del micro se da cuenta que había perdido sus frenos. El camino encorvado y con la presencia de algún acantilado, le exigía aminorar la marcha y detenerse. Lo intentó chocando a la camioneta de la utilería, que arriesgó su vida en la maniobra, y no lo logró. Intentó con la caja de cambios un rebaje de velocidad, y ésta se rompió. La tragedia se cernía a pocos metros, en pendiente el micro no resistiría la próxima curva sin caerse del camino al abismo. Y allí procuró la maniobra final. Divisó la última de las “camas de frenado” de la autovía, y hacía allí enfiló el rodado, ya con la totalidad de los pasajeros apiñados en el fondo. Chocó adrede contra la barrera de contención de concreto, en un muy fuerte golpe que hizo que más de uno de los pasajeros rodara por el micro, y lo dirigió en carrera al pequeño cerro que tenía la posible salvación. El micro la trepó, hasta detener su marcha hacia delante. Pero la inercia del micro hacia atrás traía otro peligro mayor, que era una pendiente profunda detrás. Por lo cual el chofer reaccionó a tiempo, y en retroceso, volanteó y golpeó el rodado con el cerro en su lateral, lo que hizo que la unidad se “acostara” fuerte en el piso, con todos sus ocupantes golpeados y tumbados de acá para allá, deteniendo la marcha “loca”.



Los intentos por salir adonde sea, se mezclaron con cierta desesperación, por el olor a gasoil que salía del micro, temiendo una explosión. Al salir, enseguida llegó asistencia, y allí se comprobó que casi todos salieron golpeados. Raspones, cortes por vidrios, laceraciones varias para todos. Pero ya desde el primer momento, se comprobó que tres casos merecían atención: Patricio Toranzo, Diego Mendoza y el profesor Pablo Santella, el preparador del grupo, tenían lesiones de consideración que merecían urgente cuidado médico, pero sin riesgo de vida.

Hasta la tarde, tuvimos que esperar para saber que había pasado con ellos, y las primeras noticias que llegaban asustaban mucho. De algún lado surgió, que a Toranzo le habían amputado dedos de su pie izquierdo, y todos nos revolucionamos, en un desconcierto tremendo. Tuvieron que pasar varias horas, para despejar ese sofocón inicial, y quedar conscientes, que si bien la lesión era grave, tanto en él, como en los otros dos heridos, la magnitud no era tal.

El “Mundo Huracán” quedaba shockeado. Un par de días después, el contingente, sin Toranzo, Mendoza y Santella, y quienes se quedaron acompañándolos (Domínguez, Nadur y varios más), arribaba a Buenos Aires, y de a poco las entrevistas nos ayudaban a comprender el momento, la situación límite vivida. Claramente el grupo pensó lo peor, y un momento así no es fácil de absorber para nadie. Los golpes, los magullones y las heridas graves, cierran, cicatrizan y el tiempo las curará. Pero la procesión va por dentro y esto el plantel y su entorno deberá asimilarlo.

Hoy ya los heridos evolucionan. Tanto Toranzo como Mendoza se bancaron dos intervenciones quirúrgicas, en las que les han reconstituido en la medida de lo posible las zonas afectadas. El pronóstico de ambos, con un tiempo prolongado de rehabilitación (más de cuatro meses), les augura lo mismo: la vuelta a la práctica de su deporte, de su trabajo, de su vida. 

Un hecho inédito, con consecuencias que aún no se pueden medir, se transforma en un hito más de la tremenda historia de este Huracán, que cae y siempre se levanta, al que siempre quieren matar y siempre resurge, ese Huracán de tantos sinsabores, que esta vez se enfrentó cara a cara con la tragedia, la eludió cual Houseman y la convirtió en milagro...


PD: a partir de éste hecho, se reprogramaron los partidos de las fechas 2, 3 y 4 del torneo de Transición de primera división, ante Aldosivi de Mar del Plata, Tigre y Argentinos Juniors.

Parte médico de los accidentados:

Luciano Balbi: Herida cortante en la cara posterior del antebrazo izquierdo de 4 cm. de longitud; suturada con cuatro puntos de nylon.

Martín Nervo: Herida cortante de cresta ilíaca de 3 cm., suturada con tres puntos de nylon.

Lucas Villarruel: Herida cortante en cara anterior de rodilla izquierda de 6 cm., sutura de seis puntos.

Ramón Ábila: Herida cortante tipo scalp en la cabeza; hematoma en región glútea derecha; herida cortante de 12 cm. en cara posterior de pierna izquierda.

Mariano González: Escoriación en cara posterior de brazo izquierdo; herida cortante de cara posterior de hombro izquierdo (3 cm.); traumatismo de cráneo sin pérdida de conocimiento.

Daniel Montenegro: Traumatismo de maxilar inferior; herida cortante en arco superciliar derecho (un cm. y medio); derrame de nivel de esclerótica en ojo derecho.

Germán Mandarino: Traumátismo sacro, con hematoma glúteo; escoriación en región posterior de codo.

Matías Fritzler: Traumátismo sacro, con hematoma glúteo; traumatismo de cara posterior de pierna derecha, con hematoma residual.

Gonzalo Marinelli: Escoriación en frente, mano y muñeca derecha.

Mauro Bogado: Traumatismo en tabique nasal; traumatismo cervical; escoriación en región externa de tobillo derecho.

Mario Risso: Herida cortante en región glútea (4 cm. de sutura, con seis puntos); herida cortante en codo de 5 cm, con sutura de nylon de 4 puntos.

Marcos Díaz: Herida tipo escoriación en región dorsal izquierda; traumatismo en rodilla izquierda.

Lucas Chacana: Esguince de tobillo izquierdo reagudizado; trauma en región lumbar.

Federico Mancinelli: Herida cortante tipo scalp en cuero cabelludo; herida en cara palmar mano derecha; traumatismo de tórax; traumatismo cervical RX; rectificación de columna cervical.

Ezequiel Miralles: Traumatismo cervical con dolor residual; escoriaciones en región posterior de ambos hombros.

Eduardo Domínguez: Traumatismo de tórax; herida cortante en codo derecho con hematoma residual; traumatismo de codo izquierdo; traumatismo dorsal.

Gustavo Mhamed: Traumatismo de cráneo; herida cortante en cuero cabelludo; cervicalgia residual.

Alejandro Romero Gamarra: Herida cortante en región dorsal y glútea.

Sebastián Tartarone: Herida cortante en cara de dos cm.

Lionel Prepotente: Herida cortante tipo escoriación en región dorsal y lumbar. Traumatismo cervical, con dolor residual; traumatismo de tórax; escoriación a nivel del codo derecho.

Leonardo Torrico: Herida cortante tipo scalp en falange distal del segundo dedo del pie derecho; escoriación en cara posterior de codo derecho.

Alejandro Rossi: Traumatismo de hombro izquierdo.

Ezequiel Coffer: Herida cortante en cara posterior de pierna (11 puntos de sutura).

Diego Mendoza: Herida grave de pie, con pérdida de sustancia en región maleolar interna; exposición de hueso calcáneo y pérdida de tejido adiposo y muscular; herida cortante en cara posterior de codo (5 puntos de sutura); herida cortante en cara lateral de muslo y pierna izquierda.

Patricio Toranzo: Herida grave de antepie, con pérdidas de falanges distales y medias, de segundo, terer y cuarto dedo; herida grave de hallux, con lesión de matriz ungueal; herida en quinto dedo de pie, con lesión parcial de falange distal; herida en cara anterior de rodilla derecha.

Pablo Santella: Rotura de uretra y fuerte golpe en la cadera






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