Ya pasaron doce días.
Y varios quemeros aún
asistimos incrédulos.
El mediodía de Buenos
Aires, caluroso e impasivo, nos traía una noticia.
Era 10 de febrero, y la
delegación de Huracán, transitaba el camino desde el hotel hasta el aeropuerto
de Caracas para el regreso. Casi 35 personas en el micro, entre jugadores,
cuerpo técnico, médico, dirigentes y algún que otro “colado”. A poco más de un
kilómetro para llegar, el chofer del micro se da cuenta que había perdido sus
frenos. El camino encorvado y con la presencia de algún acantilado, le exigía
aminorar la marcha y detenerse. Lo intentó chocando a la camioneta de la
utilería, que arriesgó su vida en la maniobra, y no lo logró. Intentó con la
caja de cambios un rebaje de velocidad, y ésta se rompió. La tragedia se cernía
a pocos metros, en pendiente el micro no resistiría la próxima curva sin caerse
del camino al abismo. Y allí procuró la maniobra final. Divisó la última de las
“camas de frenado” de la autovía, y hacía allí enfiló el rodado, ya con la totalidad
de los pasajeros apiñados en el fondo. Chocó adrede contra la barrera de
contención de concreto, en un muy fuerte golpe que hizo que más de uno de los
pasajeros rodara por el micro, y lo dirigió en carrera al pequeño cerro que
tenía la posible salvación. El micro la trepó, hasta detener su marcha hacia
delante. Pero la inercia del micro hacia atrás traía otro peligro mayor, que
era una pendiente profunda detrás. Por lo cual el chofer reaccionó a tiempo, y
en retroceso, volanteó y golpeó el rodado con el cerro en su lateral, lo que
hizo que la unidad se “acostara” fuerte en el piso, con todos sus ocupantes
golpeados y tumbados de acá para allá, deteniendo la marcha “loca”.
Los intentos por salir
adonde sea, se mezclaron con cierta desesperación, por el olor a gasoil que
salía del micro, temiendo una explosión. Al salir, enseguida llegó asistencia,
y allí se comprobó que casi todos salieron golpeados. Raspones, cortes por
vidrios, laceraciones varias para todos. Pero ya desde el primer momento, se comprobó
que tres casos merecían atención: Patricio Toranzo, Diego Mendoza y el profesor
Pablo Santella, el preparador del grupo, tenían lesiones de consideración que
merecían urgente cuidado médico, pero sin riesgo de vida.
Hasta la tarde, tuvimos que
esperar para saber que había pasado con ellos, y las primeras noticias que
llegaban asustaban mucho. De algún lado surgió, que a Toranzo le habían
amputado dedos de su pie izquierdo, y todos nos revolucionamos, en un
desconcierto tremendo. Tuvieron que pasar varias horas, para despejar ese
sofocón inicial, y quedar conscientes, que si bien la lesión era grave, tanto
en él, como en los otros dos heridos, la magnitud no era tal.
El “Mundo Huracán” quedaba
shockeado. Un par de días después, el contingente, sin Toranzo, Mendoza y
Santella, y quienes se quedaron acompañándolos (Domínguez, Nadur y varios más),
arribaba a Buenos Aires, y de a poco las entrevistas nos ayudaban a comprender
el momento, la situación límite vivida. Claramente el grupo pensó lo peor, y un
momento así no es fácil de absorber para nadie. Los golpes, los magullones y
las heridas graves, cierran, cicatrizan y el tiempo las curará. Pero la
procesión va por dentro y esto el plantel y su entorno deberá asimilarlo.
Hoy ya los heridos evolucionan. Tanto Toranzo como Mendoza se bancaron dos intervenciones quirúrgicas, en las que les han reconstituido en la medida de lo posible las zonas afectadas. El pronóstico de ambos, con un tiempo prolongado de rehabilitación (más de cuatro meses), les augura lo mismo: la vuelta a la práctica de su deporte, de su trabajo, de su vida.
Hoy ya los heridos evolucionan. Tanto Toranzo como Mendoza se bancaron dos intervenciones quirúrgicas, en las que les han reconstituido en la medida de lo posible las zonas afectadas. El pronóstico de ambos, con un tiempo prolongado de rehabilitación (más de cuatro meses), les augura lo mismo: la vuelta a la práctica de su deporte, de su trabajo, de su vida.
Un hecho inédito, con
consecuencias que aún no se pueden medir, se transforma en un hito más de la
tremenda historia de este Huracán, que cae y siempre se levanta, al que siempre
quieren matar y siempre resurge, ese Huracán de tantos sinsabores, que esta vez
se enfrentó cara a cara con la tragedia, la eludió cual Houseman y la convirtió
en milagro...
PD: a partir de éste hecho,
se reprogramaron los partidos de las fechas 2, 3 y 4 del torneo de Transición
de primera división, ante Aldosivi de Mar del Plata, Tigre y Argentinos
Juniors.
Parte médico de los accidentados:
Luciano Balbi: Herida cortante en la cara posterior
del antebrazo izquierdo de 4 cm. de longitud; suturada con cuatro puntos de
nylon.
Martín Nervo: Herida cortante de cresta ilíaca de 3
cm., suturada con tres puntos de nylon.
Lucas Villarruel: Herida cortante en cara anterior de
rodilla izquierda de 6 cm., sutura de seis puntos.
Ramón Ábila: Herida cortante tipo scalp en la
cabeza; hematoma en región glútea derecha; herida cortante de 12 cm. en cara
posterior de pierna izquierda.
Mariano González: Escoriación en cara posterior de
brazo izquierdo; herida cortante de cara posterior de hombro izquierdo (3 cm.);
traumatismo de cráneo sin pérdida de conocimiento.
Daniel Montenegro: Traumatismo de maxilar inferior;
herida cortante en arco superciliar derecho (un cm. y medio); derrame de nivel
de esclerótica en ojo derecho.
Germán Mandarino: Traumátismo sacro, con hematoma
glúteo; escoriación en región posterior de codo.
Matías Fritzler: Traumátismo sacro, con hematoma glúteo;
traumatismo de cara posterior de pierna derecha, con hematoma residual.
Gonzalo Marinelli: Escoriación en frente, mano y muñeca
derecha.
Mauro Bogado: Traumatismo en tabique nasal;
traumatismo cervical; escoriación en región externa de tobillo derecho.
Mario Risso: Herida cortante en región glútea (4
cm. de sutura, con seis puntos); herida cortante en codo de 5 cm, con sutura de
nylon de 4 puntos.
Marcos Díaz: Herida tipo escoriación en región
dorsal izquierda; traumatismo en rodilla izquierda.
Lucas Chacana: Esguince de tobillo izquierdo
reagudizado; trauma en región lumbar.
Federico Mancinelli: Herida cortante tipo scalp en cuero
cabelludo; herida en cara palmar mano derecha; traumatismo de tórax;
traumatismo cervical RX; rectificación de columna cervical.
Ezequiel Miralles: Traumatismo cervical con dolor
residual; escoriaciones en región posterior de ambos hombros.
Eduardo Domínguez: Traumatismo de tórax; herida cortante
en codo derecho con hematoma residual; traumatismo de codo izquierdo; traumatismo
dorsal.
Gustavo Mhamed: Traumatismo de cráneo; herida
cortante en cuero cabelludo; cervicalgia residual.
Alejandro Romero Gamarra:
Herida cortante
en región dorsal y glútea.
Sebastián Tartarone: Herida cortante en cara de dos cm.
Lionel Prepotente: Herida cortante tipo escoriación en
región dorsal y lumbar. Traumatismo cervical, con dolor residual; traumatismo
de tórax; escoriación a nivel del codo derecho.
Leonardo Torrico: Herida cortante tipo scalp en falange
distal del segundo dedo del pie derecho; escoriación en cara posterior de codo
derecho.
Alejandro Rossi: Traumatismo de hombro izquierdo.
Ezequiel Coffer: Herida cortante en cara posterior de
pierna (11 puntos de sutura).
Diego Mendoza: Herida grave de pie, con pérdida de
sustancia en región maleolar interna; exposición de hueso calcáneo y pérdida de
tejido adiposo y muscular; herida cortante en cara posterior de codo (5 puntos
de sutura); herida cortante en cara lateral de muslo y pierna izquierda.
Patricio Toranzo: Herida grave de antepie, con pérdidas
de falanges distales y medias, de segundo, terer y cuarto dedo; herida grave de
hallux, con lesión de matriz ungueal; herida en quinto dedo de pie, con lesión
parcial de falange distal; herida en cara anterior de rodilla derecha.
Pablo Santella: Rotura de uretra y fuerte golpe en la cadera
No hay comentarios:
Publicar un comentario