Bien
sabemos que nada es fácil para nosotros. Que las grandes alegrías siempre
vienen de la mano de una cuota de sufrimiento previa, y que tal vez, tenga que
ser así, para que se disfruten más. Huracán le hizo un guiño a su historia y se
permitió a través del “aguante”, darse una alegría, como es ingresar a las
semifinales de una competición continental, con un premio extra: la
clasificación a la próxima edición de la Copa Libertadores. Todo eso por el empate
en cero ante un Defensor en Montevideo que no supo y no pudo quebrar al Globo.
Hermoso marco de quemeros en la vecina orilla, copando su tribuna y alentando
sin parar.
Antes
de comenzar se sabía que no iba a ser fácil. Y de entrada nomás se vio que así
sería, que Defensor, con sus armas que no son muchas, buscaría dejar todo para
lograr la victoria en su casa. Para eso, eligió atacar por las bandas, por lo
que pronto Balbi, y especialmente San Román empezaron a tener problemas. Pero
su juego se repitió con centros, que si bien los centrales quemeros no son “torres”,
se las ingeniaban para sostener, con mucho esfuerzo, al joven y grandote
delantero violeta, Maximiliano Gómez. Aún en este panorama, la primera chance
clara de gol fue de Huracán, cuando Ábila se metió en el área, y al llegar al
fondo con un freno cedió hacia atrás, para la entrada en solitario de Montenegro,
que con un arquero caminando y en contramano, la tiro a rastrón apenas afuera.
Siguió
insistiendo Defensor por la misma vía. Hubo quince minutos, entre los veinte y
los treinta y cinco, que la pelota voló por el área del Globo a base de
centros, que nos ponían “los pelos de punta”, pero que los locales no lograban
conectar para la puntada final. Huracán a esto no hacía pie, y Vismara era
claramente superado, sin ayuda de un Bogado impreciso, y con Toranzo y
Montenegro que no lograban control sobre la pelota y juego asociado. Por lo
cual, en el primer tiempo, todo lo que hizo el Globo dependió de un Cristian Espinoza
en su mejor versión, incisivo y feroz en la lucha, y de un Ramón Ábila despierto
y sediento de gol.
Así
fue que con ellos dos, Huracán casi se pone en ventaja, con dos opciones que
ellos se generaron. Primero una escapada de Cristian que termina en un
furibundo remate que a Campaña le costó mucho sacar al córner; y después Wanchope
que se mete en el área a base de esfuerzo personal, y define con poco ángulo y
bien sesgado, rebotando su gran remate en el travesaño. Pero sobre el final de
la etapa, sufrió el Globo, porque Maximiliano Gómez recibió en soledad absoluta
un centro de la izquierda delante del punto del penal, y su cabezazo a
contrapierna, hizo que apareciera y que siga escribiendo su historia, “San”
Marcos Díaz, con una estirada para el recuerdo. Final de una etapa intensa, que
si bien controló el local, Huracán contó con opciones que bien lo pudieron
dejar en ventaja.
Si
en la etapa inicial Defensor había sido insistente en su afán de ganar, en el
segundo tiempo esa ambición se duplicó. Cardaccio se empezó a hacer eje del
juego, sin que Vismara, de no tan buen partido, pudiera controlarlo y comenzó a
volcar las acciones por la izquierda de su ataque, donde Lozano, Rodríguez o el
lateral Suárez, siempre superaban a un San Román con muchos problemas en la marca.
Pero en ese contexto, resurgió la figura de Nervo, que se debatió con el
delantero central local, y salvaba las “papas” con sus cruces sobre la espalda
de San Román. Toda la etapa fue sufrida, ya que los intentos locales no bajaban
en intensidad, pero siempre se encontraron con un Marcos Díaz firme y
concentrado, que desactivaba lo que le llegaba. La más clara, fue una escapada
entre varios de Felipe Rodríguez, que trató de vencer a Marcos con una vaselina
que se le fue ancha.
Huracán
fue dejando atrás algún intento de juego asociado con el correr de los minutos,
y con algunos cambios (Echeverría y Villarruel), empezar a cimentar la “pared”
para ese aguante. A cinco minutos del final, una escapada desde el vértice
central de Ábila, arriando a tres defensores a la rastra, pudo ser desarmada
justo antes que Ramón dispare al arco. Luego, a falta de dos minutos, los
corazones quemeros se paralizaron un instante, cuando una salida vehemente de
Díaz a cortar casi al borde del área, termina con un delantero rival caído, en
lo que fue un claro penal que el referí ecuatoriano, gracias a Dios, dejó
pasar. Y como para cerrar el broche al sufrimiento, al borde del final de los
cuatro minutos de adición, el remate de Carneiro, delantero rival, se fue
apenas ancho del palo de la mano izquierda de Díaz.
Final
y delirio de los tres mil quemeros en Montevideo y de los otros miles en sus
casas, ya que en su primera participación en la Copa Sudamericana, Huracán
logra acceder a la semifinal. Esfuerzo y concentración, la base del aguante.
Actuaciones muy destacadas, como Díaz, Espinoza, Nervo y Ábila, pero una concentración
grupal, que fue la base del resultado y que tiene que ser el denominador común
para pretender mayores alegrías.
Síntesis
Defensor Sporting (Uruguay) 0 – 0 Huracán
Defensor
Sporting (Uruguay): Martín Campaña; Emilio Zeballos, Andrés Scotti, Guillermo
Fratta, Mathias Suárez; Brian Lozano, Mathias Cardaccio, Mauro Arambarri,
Felipe Rodríguez; Facundo Castro, Maximiliano Gómez. DT: Juan Tejera.
Huracán: Marcos Díaz; José San Román, Martín
Nervo, Federico Mancinelli, Luciano Balbi; Mauro Bogado, Federico Vismara;
Cristian Espinoza, Patricio Toranzo, Daniel Montenegro; Ramón Ábila.
DT: Eduardo Domínguez.
Cambios: 15 2T Santiago Barboza por Castro
(D) / 16 2T Iván Moreno y Fabianesi por Montenegro (H) / 32 2T Martín Rabuñal
por Arambarri (D) / 35 2T Lucas Villarruel por Toranzo (H) / 40 2T Gonzalo
Carneiro por Gómez (D) / 43 2T Santiago Echeverría por San Román (H).
Goles: no hubo.
Árbitro: Roddy Zambrano (regular)
Amonestados: Arambarri, Barboza (D) /
Mancinelli, Nervo, Díaz, Bogado (H)
Figura
del partido: Marcos
Díaz
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