jueves, 12 de junio de 2014

El ascenso, un premio que Huracán no pudo ni le dejaron conseguir

Me voy a concentrar en primera instancia en lo que fue el partido. El análisis de la temporada vendrá después. Solo decir, para enmarcar la crónica / análisis del juego, que llegar a esta instancia de desempate para conseguir el ascenso en el contexto que se dio, resultó una alegría que no se esperaba, al finalizar 2013, que la derrota final termina empañando. Se perdió tras trece partidos, justo cuando no se debía caer.

Huracán fue al Estadio Único de La Plata a enfrentar a Independiente como “banca” y realmente esa condición de favorito le pesó. La realidad del momento del Globo, contra lo timorato aunque favorable del “rojo”, así lo instalaba en la opinión general. Regaló toda la primera parte, induido en un nerviosismo que Independiente también tenía, pero que se sacó de encima en los quince finales de la etapa, pudiendo ponerse en ventaja. Luego en el complemento, Huracán volvió a ser el mismo de los últimos dos meses, fue claro dominador, pero no le alcanzó. En el medio, nuevamente el velo de la injusticia y la sospecha, cuando a instancias del línea Esquivel, el árbitro Ceballos anula lo que había sido un gol válido del Globo, por intermedio de Ábila. En el final, ya la desesperación por el empate dejó grietas, que Independiente solo con oportunismo, aprovechó para definir el pleito.




Los primeros veinte minutos del partido, fue lo más parecido a una pelea de boxeo en donde los rivales dejan pasar el tiempo, estudiándose el uno al otro en cada movimiento, sin intentar casi absolutamente nada que implique avanzar las líneas y descuidarse en la retaguardia. Incluso, el temor llegaba con los pases, por lo que se prefería el pelotazo, antes que arriegar entre las marcas con toques cortos y circulación. Si bien parecía que Huracán era mas, nada generó y solo era pelotazo a la nada o “calesita” con un Caruso que se retrasaba demasiado. Pero lentamente, en el ajedrez de la mitad de la cancha y mientras la lluvia ganaba en intensidad, Independiente comenzó a hacer pie, y su “doble cinco” con Zapata como abanderado, le ganaba el mano a mano al de Huracán, que tenía a un Capurro desorientado. Así fue que la primera aproximación, fue con un remate de Mancuello que Díaz controló. 

Se podría decir que los minutos 36 y 37 fueron doblemente malos para el Globo. Ya que tras una infracción, Huracán tuvo un tiro libre, sobre callejón derecho, que Gonzalo Martínez ejecutó con pierna zurda, con buena dirección y fuerza, y que Diego Rodríguez pudo sacar afuera con mucho esfuerzo, cuando se colaba a palo opuesto bien arriba. Tras esa situación perdida, el tiro de esquina que sobrevino, fue lanzado al punto del penal, donde Penco ganó en el salto cabeceando corto y Ojeda pudo sacar el peligro, con un fuerte puntinazo. Ese pelotazo, fue a dar justo para el pique de Pisano, casi el único “rojo” que esperaba la salida en contrataque. Allí Huracán quedó “en falsa escuadra”. Capurro fue sobre el rival en retroceso, siendo pasado fácilmente cuando quiso detenerlo. Toranzo que corría al chiquitito delantero, nunca lo alcanzó, ni tampoco se dio cuenta que por su espalda acompañaba un volante que había salido disparado, Martín Zapata. Arano en el retroceso desesperado, se juntó a Díaz que quedó esperando el mano a mano con Pisano. El delantero se metió en el área, un tanto sesgado a la izquierda, y sacó un tiro cruzado, que Díaz pudo salvar, pero el rebote quedó a merced de Zapata, que entraba en soledad a la carrera, y solo tuvo que tocar al fondo del arco, sorteando la estirada de Arano sobre la línea. Un gol que no se hace en arco rival, que enseguida trajo un gol en arco propio. Casi un sarcasmo, para adentrarnos en la tristeza.

Esa ventaja, trajo tranquilidad en Independiente, que desde allí hasta el cierre de la etapa manejó los tiempos y dejó pasar los minutos buscando capturar algo más, ante un Globo que quedó perplejo. Final del primer tiempo e incredulidad en los quemeros, que vieron en 45 minutos la versión más timorata de un equipo que en los últimos dos meses nunca se había presentado de esa forma, ni aún en los partidos en los que no pudo abrir el marcador.

Pero en la segunda parte se vio otra versión de Huracán. Ya de entrada nomás, Gonzalo Martínez se mostró imparable. Tras una buena jugada suya, el centro al primer poste no fue bien conectado por Caruso que la tiró alta de cabeza. Poco después Toranzo de sobrepique de afuera del área, la tira afuera en óptima posibilidad; Martínez hace que se esfuerce Rodríguez tras buena jugada individual; y un cabezazo de Cuesta en el primer palo, pasa por toda el área sin que nadie la empuje. Todo esto en solo quince minutos, cuando se notaba que ya el empate era más que merecido para el Globo. Tras otra salvada, esta más expeditiva del arco de Independiente, Huracán siguió dominando pero la intensidad bajó, ante un Independiente que tenía todos sus jugadores en campo propio y no quería salir. Incluso reforzaba, sacando a jugadores cansados, como Pisano y Montenegro. A falta de veinte minutos, ingresa Ábila buscando más presencia en el área rival, por un Espinoza, siempre enjundioso, pero poco preciso. 

Y en la primera que tuvo el cordobés, llegó la polémica. Bah, no polémica. Llegó el desaguisado, uno de los estigmas que no podemos los Quemeros sacarnos de un tiempo a esta parte: los “desatinos” arbitrales. Esta vez corporizados en un juez de línea, Esquivel de apellido, que vio en offside a Ábila, que definía muy bien de cabeza cruzado, en soledad, un centro de Toranzo. De inmediato en la repetición de la televisión, quedó claro que el lateral del lado opuesto, habilitaba por lo menos en dos metros al delantero del Globo al partir el centro, por lo que la jugada era válida. 

A esta altura de los hechos, pasados años de situaciones similares, siento que estamos en una película de ficción, que se repite una y otra vez, a la cual el  director nunca le pone final.
De vuelta en el partido, de a poco, a partir de los jugados cambios que propuso Kudelka, la relación de 5 jugadores de ataque y 5 de defensa que propuso siempre Huracán, fue mutando. Cuando entró Villafañez por Mandarino ya fue 6 / 4, y tres minutos después, al entrar Cacu Romero Gamarra, la cosa se puso 7 / 3 a la desesperada. Llegado el minuto 40, Huracán ya tenía a Domínguez jugado de “triple 9” con Ábila y Caruso, Villafañez de wing derecho, Martínez en el izquierdo, y Toranzo y Romero Gamarra de doble circuladores. Sólo atrás, Mancinelli libre, Arano y Cuesta de stopper y que sea lo que Dios quiera. Y Dios esta vez, como hace bastante tiempo, no nos quiere (?)..... De un simple saque lateral sobre la izquierda, en tres cuartos de campo, la pelota le cae a Fredes, que lee inteligentemente la mini defensa quemera, y saca una buena pelota cruzada a espaldas de Arano, sobre la banda opuesta. Por ahí solito venía Pizzini, que anticipa la rápida salida al vértice del área grande de Marcos Díaz, se enrosca con el arquero, pero este, al no querer cometerle penal, pierde, la pelota queda suelta, y el pibe de inferiores del “rojo”, no tiene más que tocar a un arco vacío. 

2 a 0 y final de la historia. Para la anécdota la expulsión de Arano antes de la reanudación y los cinco o seis minutos que continuaron, en los que pudo haber algún gol a favor o algún otro en contra.

Lo que queda flotando en mi pensamiento, es que puesto a comparación, esta versión de Independiente es muy inferior, hasta para una versión discreta del  Huracán de los últimos dos meses. Independiente tuvo la cualidad del oportunismo. Fue “pillo” como dicen los pibes de ahora, para congelar los momentos de mayor embate de Huracán. Y tienen un más que buen arquero que resolvió bien, varias de nuestras intentonas. Quedé con la sensación, que se debió haber hecho más, y que la derrota, dejando de lado los “errores” arbitrales concretos, es solo culpa de un Huracán, que regaló todo el primer tiempo, cayendo presa de los nervios que reinaban en el ambiente. Independiente supo ganarle a eso, y se llevó, como demasiado premio, el ascenso.





Síntesis


Independiente 2 – 0 Huracán


Independiente: Diego Rodríguez; Jorge Figal, Cristian Tula, Sergio Ojeda, Claudio Morel Rodríguez; Martín Zapata, Franco Bellocq, Federico Mancuello; Daniel Montenegro, Matías Pisano; Sebastián Penco. DT: Omar De Felippe.

Huracán: Marcos Díaz; Germán Mandarino, Federico Mancinelli, Federico Domínguez y Carlos Arano; Víctor Cuesta, Alejandro Capurro, Patricio Toranzo, Gonzalo Martinez; Leandro Caruso y Cristian Espinoza. DT: Frank Kudelka


Cambios:  21 2T Francisco Pizzini por Pisano (I) / 27 2T Ramón Ábila por Espinoza (H) / 33 2T Lucas Villafañez por Mandarino (H) y Hernán Fredes por Montenegro (I) / 37 2T Alejandro Romero Gamarra por Capurro (H) / 45 2T Federico Insúa por Mancuello (I)


Goles: 37 1T Martín Zapata (I) toca al gol en el área chica, tras un rebote en Díaz, a partir de un remate de Pisano, quien en contrataque enfrentó al arquero, tras superar en la carrera a Capurro. / 41 2T Francisco Pizzini (I) define a arco vacío, tras superar a Díaz luego de un buen pase al vacío de Fredes.

Árbitro: Diego Ceballos (mal)

Amonestados: Bellocq, Zapata, Montenegro, Pizzini (I) / Arano, Domínguez, Ábila (H).

Expulsado: 42 2T Arano (H)


Figura del partido: Diego Rodríguez (I)

Figura de Huracán: Patricio Toranzo

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