Hace poco mas de un
mes, cuando todos los quemeros recibimos la noticia de la vuelta de Antonio
Mohamed, en su tercera etapa como responsable del fútbol en Huracán, pensé que
si plasmaba en mi blog la opinión sobre como tomaba este regreso, iba a quedar
como, al menos, un desubicado. Pero con el correr de los días, leí y escuché
voces que sonaban muy parecidas a la mía.
No caben
dudas, que la figura de Tony en la totalidad de la gente quemera (o al menos en
el 99%), es recibida con agrado y con cariño. Pero me sorprendí viendo que ese
respeto y agrado no es incondicional. Siempre existen los “fundamentalistas” de
uno y otro lado, quienes aman u odian, según el caso. Pero también, son muchos
más aquellos que van a poner la lupa sobre lo que el haga, y es lo que me pasa
a mi. Y eso pasa, porque en los últimos años, más de un “ídolo” nos ha
desairado o defraudado, y por esa circunstancia, vamos a cargar sobre el una
mochila de “responsabilidades”, de exigencias, que a un DT común y silvestre no
le hubiésemos endilgado.
No creo
equivocarme si digo que esto Mohamed lo sabe. Yo lo vi y escuché cuando el
prometió, “no voy a morir, sin ver a Huracán campeón en primera”. Este año
tiene que ser el del comienzo de esa utopía. De muchos “años Mohamed” en
Huracán, o de nada. Y se juega las fichas a “plata o mierda” Y que si todo es
como yo pienso, esas fichas, las juega sobre seguro.
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